El amor no está hecho para dos. Porque siempre hay uno que llega tarde mientras el otro quiere más. Por eso no puedes enamorarte Nat. Porque te harán más daño del que tú misma podrás hacerte jamás. Además, el amor es la peor droga que existe. Comienzas sin darte cuenta y, de repente un día, te levantas y ya está. Se acabó. Y ese día acaba tu mundo y comienza la pesadilla. Porque él se va y tú, tonta, te quedas con los sacos llenos de amor roto. ¿Y qué vas a hacer? ¿Tirarlos? Pues no. Los guardas en una despensa, pensando que quizá un día él aparecerá por la puerta y lo necesitareis. Pero eso, Nat, sólo pasa en la películas. Porque yo esperé. Yo lo esperé toda la vida. Y cuando por fin nos encontramos, ¿sabes que pasó? Pues que él ya no podía querer.
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