Hemos llenado el tiempo con nuestras manos, envolviendo nuestras huellas por si tuviéramos que lanzarlas a las fauces de la vida. Juntas, martilleando como carpinteros, hemos enseñado a la distancia cómo construir un tejado con los árboles que separan nuestra carretera. El silencio lo dejamos atrás. Sólo hay una pregunta en el viento; ¿A dónde iremos mañana?. Yo a tu vera. ¿Y tú?
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