viernes, 29 de agosto de 2014

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La pura verdad es que continuo tremendamente disponible para cuando quieras regresar. Continuo aquí, disponible, que no esperándote. Son cosas completamente diferentes. Esperar, esperar en el sentido más puro de la palabra, significa sentarse a ver cómo pasa la vida sin inmiscuirse en nada hasta que llegue ese algo o ese alguien que estamos esperando y nos impulse al mundo físico de nuevo. Yo no te espero. No podría permitirme parar otra vez, porque ni siquiera sé si vendrás. Simplemente continuo con mi vida, a sabiendas de que cualquier día puedes aparecer - o no- y entonces estaré dispuesta a que lo cambies todo. No es que esté dispuesta en realidad, es que lo harás. Y tendré
que conformarme. Ya vengo convencida de fábrica, formada, conformada.

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