viernes, 29 de agosto de 2014

...


La pura verdad es que continuo tremendamente disponible para cuando quieras regresar. Continuo aquí, disponible, que no esperándote. Son cosas completamente diferentes. Esperar, esperar en el sentido más puro de la palabra, significa sentarse a ver cómo pasa la vida sin inmiscuirse en nada hasta que llegue ese algo o ese alguien que estamos esperando y nos impulse al mundo físico de nuevo. Yo no te espero. No podría permitirme parar otra vez, porque ni siquiera sé si vendrás. Simplemente continuo con mi vida, a sabiendas de que cualquier día puedes aparecer - o no- y entonces estaré dispuesta a que lo cambies todo. No es que esté dispuesta en realidad, es que lo harás. Y tendré
que conformarme. Ya vengo convencida de fábrica, formada, conformada.

martes, 26 de agosto de 2014

...


A veces me besa en la boca tu olor. Y el mundo sigue girando como si no
hubiera pasado nada. Pasan los minutos, pasa la vida. Nosotros, los de
entonces, ya no somos los mismos; ya lo decía Neruda. Tu imagen jamás se
va del todo, pero ya no me tortura como antes. Supongo que ya no me
alimento de recuerdos. Ni de inseguridades. Supongo que ahora vivo fuera
del bucle. Y me pregunto si tú te habrás quedado ahí dentro, girando
solo. Si ahora mismo sigues dando vueltas, como antes, volviendo siempre
al triste punto de partida. Me pregunto si serás feliz...

A veces me araña la espalda tu olor. Y no siento nada. Todos los
pinchazos se han quedado dormidos. Ya no me preguntan por ti. Ya no
estamos imantados. Y, aunque nos sigamos teniendo miedo, siempre podemos
disimularlo haciéndonos los encontradizos y parándonos a hablar en
cualquier semáforo en rojo. Sabiendo que la luz verde significa que ya
podemos perdernos en el ritmo frenético de la ciudad. Perdernos en otros
labios. En otros caminos. Y empezar de cero en esta búsqueda constante
de la felicidad a la que llaman vida.


Se sigue buscando isla


Según la leyenda, Afrodita nació aquí, en Kíthira. La diosa del amor surgió del mar precisamente en estas playas y, aunque de su templo no queda ni una sola piedra, el aire huele tan bien y el sol de la más meridional de las jónicas es tan bueno conmigo que la tarde se pone dulce y me hace ilusión cerrar los ojos y creerme el amor y sus dioses, por lo menos, hasta que llegue el crepúsculo.

Sin embargo, a menudo y no sólo en Grecia, el amor es un famoso productor de tragedias. Si antes no muere nadie de aburrimiento, las relaciones amorosas, ya sea por exceso o por defecto, siempre terminan haciéndonos sufrir.

¿Será cierto que la sensibilidad no tiene medida y todas las doctrinas griegas sobre el término medio son falsas? Lo afirma Elias Canetti en “La provincia del hombre” y aunque es uno de mis libros de cabecera, cualquiera que haya amado alguna vez con todos sus sentidos sabe algo sobre las fronteras propias y las ajenas y sabe también que las emociones y los sentimientos han de dosificarse con sabiduría porque la espontaneidad y la frescura es un lenguaje que acostumbra a pagarse caro. No hay pasión sin combate contra ella, sin aspirar a la recuperación del equilibrio, a la claridad, la medida justa, la razón y la calma. Por eso no termino que creerme la afirmación de Canetti. Pero todavía es pronto, falta mucho para el crepúsculo y la tarde, esta isla y su diosa dan para inventarse las historias más exquisitas.

Ibiza me resultó demasiado mundana y accesible. A Cuba, distinta y distante como su utopía, tal vez llegué demasiado tarde. Pero mi paraíso soñado es un territorio así de abarcable y rodeado de agua templada por todas partes. Por eso busco una isla; un paisaje de colinas y bosques que bajan hasta la playa por caminos amables donde nadie impide identificar los perfumes del aire. Allí, bajo la sombra de los pinos que la protegen del sol de mediodía, duerme mi casa tal como la sueño: horizontal, espaciosa, fresca, llena de color y sin embargo tan blanca. Tiene embarcadero y atracado en él un barco viejo de madera noble y buena quilla. En la cocina, de grandes fogones, los pucheros hierven lentamente un cocido de verduras y legumbres frescas, y dejan escapar aromas que se mezclan con el olor de la fruta madura y el de las algas que arrastra la marea. Dos niñas juegan con los perros en la orilla del agua y algunos muchachos se recrean mirándolas sin notar que ellas lo saben.

En mi país de Jauja sin oráculo que asuma la responsabilidad, sin dioses que me envíen a la guerra ni me concedan treguas en Navidad, con la sola certeza de que todo aquello que afecta a los humanos está sometido a cambios incesantes, mi alma no sufrirá prisionera de las pasiones. Ataraxia llamaban los griegos a ese estado de serenidad, medida exacta.

A las playas de la isla que busco quiero llegar más pronto que tarde. Y te invoco, Afrodita, porque no es fácil; hay que dejar atrás los continentes sin contenido y atravesar mares profundos y misteriosos en los que todavía en más de una ocasión me jugaré la vida.

Sabré que la he encontrado cuando sea el placer lo que me dé la dimensión de la bondad en la gente y en las cosas; cuando al tiempo sólo lo midan la temperatura y la luz; y a mí, nada ni nadie.


domingo, 24 de agosto de 2014

Arriesgar o sólo mirar


"Reír, es arriesgarse a parecer un tonto.
Llorar es arriesgarse a parecer un sentimental.
Hacer algo por alguien, es arriesgarse a involucrarse.
Expresar sentimientos, es arriesgarse a mostrar tu verdadero yo.
Exponer tus ideas y tus sueños, es arriesgarse a perderlos.
Amar, es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir, es arriesgarse a morir.
Esperar, es arriesgarse a la desesperanza.
Lanzarte, es arriesgarse a fallar.

Pero los riesgos deben ser tomados, porque el peligro más grande en la vida es no arriesgarse.

La persona que no arriesga, no hace, ni tiene nada.

Se pueden evitar sufrimientos y preocupaciones, pero simplemente no puede aprender, sentir, cambiar, crecer, amar y vivir….

Solo una persona que arriesga es libre"

martes, 19 de agosto de 2014

...


Le he robado la cartera a la tristeza, he pasado tardes muertas con mis culpas, he tomado drogas pasando noches enteras fuera de mi cuerpo, he bebido los licores de la más absoluta felicidad y también me han aplastado los miedos de la infancia. He querido y he odiado, fui capaz de saltar las tapias del rencor, he pedido perdón, he hecho cosas irreparables, he mentido por un beso y he dicho la verdad aun sabiendo que así lo perdería todo. He tanteado con mi mano el camino de tu espalda encontrando el tiempo perdido. He sido Electra, Pandora y Penélope. He follado en lugares que ni te imaginas, he flotado desnuda en el mar de tus entrañas, fui capaz de atrasar los calendarios, he corrido delante de la poli, he visto llorar a mi madre, he subido a trenes sin destino, vi como España ganaba el mundial en el chiringuito de la playa, he hecho muchísimas cosas por muchas personas, he ocultado mis defectos, he visto a la pobreza pasearse por las aceras, hice un mundo a tu medida, me conozco de memoria tus cosquillas, me han engañado, he sido fiel y he dado hasta vaciarme. He firmado 900 despedidas, he probado la anestesia, he sido cobarde y valiente como quien viaja de Groenlandia hasta la Antártida, he pensado que no valía para escribir. De pequeña vi a Beckham desde el autobús y también a Bardem a través del cristal de un hotel. He escuchado a los árboles, me he hecho la dormida y he probado la gloria tras darlo todo por perdido. Me he gastado mucho dinero en cosas innecesarias, me han roto el corazón de todos los modos posibles y también he hecho mucho daño. Me he perdido en Madrid, he viajado en business y a dedo, he visto el amor con estos ojos, he hecho caso a mi cabeza y a mi corazón, he probado 1000 salivas diferentes pero lo más importante,

he conseguido que me ames.



viernes, 15 de agosto de 2014

Up


A veces cuando algo sucede, pensamos que no debería haber ocurrido así. Por eso sentimos, cuando muere un ser querido, cuando perdemos unas elecciones, cuando sufrimos cualquier derrota, que todo ha terminado. Y no es verdad. Ése es el principio siempre. Porque la grandeza se alcanza, no cuando todo va bien, sino cuando la vida te pone a prueba, cuando tienes un gran tropiezo, cuando te decepcionan, cuando la tristeza te invade. Porque solamente estando en lo más profundo del valle, puede saberse lo magnífico que es estar en la cima de una montaña.


domingo, 10 de agosto de 2014

Duele si te vas


Yo no sé si estoy enamorada de ti. O si tan sólo te quiero para mí. Hace tiempo que no puedo distinguir los sentimientos con la precisión de antes, de aquel tiempo en el que todo era más fácil. A lo mejor quiero llorarte. A lo mejor inconscientemente me apetece ser mártir. Tu mártir. O a lo mejor sólo quiero olvidarte y cuando lloro, lloro porque siento que no aguanto ni un minuto más contigo amarrado a mi piel, sin una solución rápida que me permita deshacerme de ti para siempre. En mis mejores sueños, sueño que te olvido. Incluso en sueños, soy yo la que lucha, la que huye, la que se siente quebrar por dentro. Y tú el que echa la vista a un lado, el que desaparece, el ser que no me quiere. No es posible que te quiera, cuando no te deseo en mi vida. Cuando sé que no eres para mí. No es posible saberme tan perfecta cuando estamos juntos y que, al desaparecer tú, desaparezca contigo toda mi perfección.

Siendo sincera y honesta es precioso sentirte cuando estás cerca. Quizá tú hayas sido una de la mejores sensaciones de toda mi vida. Pero es tan horrible lo que dejas cada vez  que desapareces, que no existe, que no existe nada en el mundo que tú puedas hacer que compense todo el daño que me produce el sólo y simple hecho de que te marches.


miércoles, 6 de agosto de 2014

Las comedias románticas perjudican seriamente la salud


La vida a veces se pone insoportablemente irónica. Que se lo digan si no a Chloe Angyal. Esta bloguera estadounidense  y colaboradora en la web Feministing.com se disponía a empezar su tesis doctoral sobre los efectos (nocivos) de las comedias románticas contemporáneas cuando se encontró en un escenario digno de película de Reese Witherspoon, Kate Hudson o Jennifer Aniston: su novio le dejó el día antes de San Valentín, justo cuando acababa de empezar el trabajo de campo, que le obligaba a ver 12 chick flicks a la semana. “Pasaba mis días en la biblioteca, leyendo sobre el tema y tomándome solo pausas para llorar”, escribió en un artículo en la web Jezebel.

Lo único que le falta a su historia para convertirse en comedia romántica es un bibliotecario sarcástico pero sensible con ligero acento británico, al que la protagonista ignora porque está demasiado obsesionada con un ex despreciable. Eso y un cartón de helado que devora con su chispeante amigo gay al llegar a su apartamento. Al final, tras muchas baladas, muchos paseos por Manhattan, abrigados con mitones y un gorrito simpático y muchos feos al bibliotecario, acabarían juntos. Chloe tendría lo que quiere toda mujer: un hombre que la redima y dé sentido a su vida. O al menos eso dice el Manual de la Comedia Romántica.

Y ese tipo de mensaje es el que Angyal se propone denunciar en su tesis.  “Las comedias románticas siempre han reflejado los valores de su tiempo. Son y han sido siempre machistas. Pero en la última década el sexismo se ha vuelto patente y virulento. En una película como La proposición [el filme  de 2009 con Sandra Bullock y Ryan Reynolds que arrasó en taquilla], salta a la vista el desprecio por las mujeres que tienen poder y una carrera. Su mensaje está clarísimo: el feminismo es una mentira y nada te hará veraderamente feliz, excepto el matrimonio y la maternidad”, argumenta Angyal por correo electrónico.

Según la escritora, no es la primera vez que ese género cinematográfico traslada un mensaje reaccionario. También lo hizo en los años cincuenta, cuando interesaba que las mujeres que habían trabajado fuera de casa durante la Segunda Guerra Mundial volvieran al hogar familiar. “Lo increíblemente deprimente es que todavía se les diga eso a las mujeres en la segunda década del siglo XXI”.

Para su estudio, redujo el número de películas a estudiar a 30, estrenadas entre 2005 y 2011 y escogidas por su repercusión y su éxito de público. “El día que tenía que ver una película realmente mala como Sígueme el rollo, con Jennifer Aniston y Adam Sandler, lo compensaba con algo como Crazy Stupid Love. Algo pasa en Las Vegas la combiné con Rumores y mentiras, con Emma Stone”, explica. Angyal también lanza a su particular hoguera Ex-posados, Ojalá fuera cierto, con Reese Witherspoon y las dos secuelas cinematográficas de Sexo en Nueva York, que considera especialmente ofensivas.

El inicio de su tesis coincidió con la publicación de un celebrado artículo de la actriz y guionista Mindy Kaling en el New Yorker que acabó en la lista de las diez piezas más leídas de 2011 en la prestigiosa revista. En el artículo titulado Chick flicks, Kaling se declara fan de la comedia romántica, pero repasa los clichés del género y los personajes que se dan en este tipo de películas pero nunca en la realidad. Como la Rarita Etérea (una variante de lo que el crítico Nathan Rabin bautizó como Manic Pixie Dream Girl a raíz del personaje de Kirsten Dunst en Elizabethown), la típica chica que baila bajo la lluvia, llora si ve un anuncio de un gato perdido y convence a un tipo con vida aburrida de que lo que necesita es bañarse desnudo en al piscina de su vecino. O La Mejor Amiga Graciosilla, que no tiene vida propia y siempre saca tiempo para escuchar a la protagonista y quedar con ella en cafés monos y en la sección de perfumes de los grandes almacenes. Y ,claro, la Mujer Obesionada con su Carrera Que no le Cae Bien a Nadie.

¿Y qué si unas cuantas películas comerciales quieren funcionar con estereotipos? También los tienen las películas de terror, y hasta el cine de autor festivalero. La crítica de cine Desirée de Fez opina que no hay para tanto: “quiero pensar que los escritores que hay detrás, incluso en el mainstream menos elaborado y más de manual, tienen humor y que esos personajes son exageraciones deliberadas de los clichés. Evidentemente, detecto los casos graves, tanto en los personajes femeninos como masculinos, pero por lo general no pongo el grito en el cielo cuando, por ejemplo, a un personaje femenino le va la vida en preparar su boda”.

En cambio, Angyal juzga que esas películas sí son peligrosas y que terminan por afectar las expectativas hasta de la más cínica y sofisticada de las espectadoras: “La cultura popular es una manera especialmente efectiva de comunicar valores sociales y sabiduría general. Es efectiva porque es muy entretenida. Esos mensajes se cuelan en la sociedad sin que nosotros lo notemos. Las historias que se cuentan en las comedias románticas tienen raíces culturales profundas, en los mitos griegos y en los cuentos de hadas. Si creces en una sociedad que te cuenta ciertas historias sobre el amor, el sexo y el género, no importa qué distancia tomes, te afecta”.

La directora de cine Inés París, que tiene en su haber comedias románticas “diferentes”, según su propia definición, como Semen o A mi madre le gustan las mujeres, le da la razón: “El cine transmite modelos y la comedia romántica es la fórmula ideal. Es emocional, bloquea el pensamiento. Quizá la peor idea que transmiten estas películas es la idea de que la mujer sólo puede estructurar su vida alrededor del amor. Que su misión es buscar un hombre, cuidar a los hijos…”.  Curiosamente, París también escribió su tesis sobre la comedia, y destaca el potencial transgresor del género.

Al fin y al cabo, este es el medio que dio al cine Luna Nueva, Annie Hall y Cuando Harry encontró a Sally. Pero esas películas “y todas las que la gente rememora cuando piensa en las edades de oro del género”, según Angyal, “ decían algo progresista sobre el género. También eran buenas películas, con gran diálogo, gran argumento y grandes interpretaciones, pero si han perdurado es porque estaban adelantadas respecto a las otras comedias románticas de su tiempo”.

Las entrevistadas coinciden en que  hay esperanza más allá, mucho más allá, de la filmografía de Katherine Heigl. De Fez cree que la comedia comercial vive un gran momento y cita las producciones de Judd Apatow (“a pesar de su tendencia a la coletilla moralista”) y La boda de mi mejor amiga. París salva a las veteranas directoras Nora Ephron y Nancy Meyers.  Se trata de que la protagonista acabe con su bibliotecario, pero también termine su tesis, se coma el helado sin remordimientos y escuche de una maldita vez a la pobre Mejor Amiga Graciosilla.


Hoy


https://www.youtube.com/watch?v=1VH6LG2WDD4

martes, 5 de agosto de 2014

Aprenderás


Después de algún tiempo Aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y Aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.

Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos ni promesas... comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y Aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para tus proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.

Después de un tiempo Aprenderás que el sol quema si te expones demasiado... aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas... Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma... descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida.

Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permiten elegir.

Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que lo amigos cambian. Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, solo por el placer de disfrutar su compañía.

Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esa persona que la amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que la veamos.

Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tiene influencia sobre nosotros, pero que nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzaras a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuado queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.

Aprenderás que no importa donde llegaste sino a donde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve...

Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlan y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: Siempre existen dos lados.

Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario enfrentando las consecuencias...

Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.

Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.

Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de la experiencia, que con los años vividos.

Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones.

Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y seria una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la esperanza.

Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho a ser cruel.

Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero no saben como demostrarlo...

No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.

Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algunos momentos condenado.

Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.

Aprenderás que el tiempo no es algo que puedes volver hacia atrás, por lo tanto debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Entonces y solo entonces sabrás realmente lo que eres capaz de soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más.

Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.

sábado, 2 de agosto de 2014

El cuento de la cerillera


Era la noche de San Silvestre, la última noche del año. Todo el mundo en la ciudad se apresuraba para llegar pronto a sus casas y refugiarse del frío y la nieve. Iban muy abrigados, y algunos llevaban regalos de Navidad. Tras los cristales ardía la leña en las chimeneas y había agradables aromas de los manjares preparados para la cena de aquella noche.

En medio del ir y venir, un pequeña chiquilla vendía fósforos para ganar algo con que comprar siquiera un pedazo de pan. - Compren fósforos, lo mejor para encender fuego. ¡Compre cerillas, señor! Pero la gente apenas escuchaba su débil voz y desde luego, por nada del mundo sacarían las manos de sus tibios bolsillos con el frío que hacía.

Poco a poco, la noche se fue acercando y la calle se quedó desierta. -¡Fósforos, fósforos! ¡Cerillas para la lumbre! –Pero la pobre cerillera pronto comprendió que no vendería nada más aquel día. Terminó pronto de contar las escasísimas ganancias. No podía volver así a su casa: sin llevar consigo algo de alimento para su familia.

Pensó que quizá sus padres se enfadaran con ella por no haber sido capaz de vender más, eran tan pobres y tantas bocas que alimentar, que la más mínima cantidad marcaba una gran diferencia. ¡Si por lo menos no hiciera tanto frío! Tenía los deditos entumecidos, la nariz helada y le dolía mucho la garganta. Si se atreviera a encender una cerilla, sentiría un poco de calor...

Al fin y al cabo, en su casa haría el mismo frío que en la calle, pues durante todo el invierno el agua de lluvia se había abierto camino entre las rendijas del tejado, formando goteras y el viento soplaba a través de lo cartones que formaban las paredes de su humilde casita. Se refugió en la esquina que formaban dos casas muy elegantes y con mucho cuidado para no destaparse, encendió un fósforo.

Y la luz del fósforo al arder le mostró una acogedora estancia donde ardía el cálido fuego de la chimenea al lado de una mesa con humeante comida. Las llamas se reflejaban en las paredes creando figuras danzarinas y la pobre cerillera incluso podía sentir el calor de una manta sobre sus rodillas. Al apagarse, la niña volvió a la oscura y fría realidad.

-Si pudiera ser todo el rato así...- Se lamentó la chiquilla –Encender otro fósforo no marcará ninguna diferencia, y sin embargo es tan agradable su luz... Y procedió a prender la llama que esta vez le mostró un salón bellamente adornado, con un árbol de navidad adornado con infinidad de pequeñas velitas centelleantes. Bajo él, los regalos esperando a ser abiertos por niños ilusionados.

Al apagarse el segundo fósforo, la pequeña volvió a sentirse sola, en la noche acariciada por los copos de nieve que caían sin cesar, casi a oscuras, sentada en la calle y aterida de frío. - Encenderé otra cerilla

– decidió la niña, pues las ilusiones que le brindaba la luz conseguían apartarla, siquiera por un momento, de la insensible realidad

Y así lo hizo, sostuvo la madera encendida delante de sus ojos y esta vez se vio a sí misma sentada a la agradable mesa al lado de la chimenea, tomando una sopa caliente que reconfortó su enfermo cuerpo. Y también era ella la que se acercó al majestuoso árbol de navidad para abrir los regalos que en su corta vida nunca había recibido.

Tan agradable y tan nueva era la sensación para la chiquilla, tan gratificante sentir el calor del hogar, que esta vez, cuando se consumió la cerilla, sólo quedó junto a la esquina de las elegantes casas el pequeño cuerpecito de la vendedora de fósforos, pues su alma se negó a regresar a esa realidad que la había ignorado hasta el momento.