viernes, 18 de julio de 2014

Obediencia


Hoy he sido una niña obediente
(una niña obediente de cerca de cuarenta años)
he seguido los consejos
del manual de desintoxicación
no he exigido mi dosis
no te he llamado por teléfono
ni siquiera he marcado tu número para escuchar tu voz
y rebajar mi ansiedad
no te he escrito la vigésima carta sin respuesta
(ni siquiera la he enviado)
no he mirado tu fotografía
ni los mensajes de móvil archivados
no he hablado de vos con nadie
he dormido y no soñé contigo
he hecho los deberes
he ido al mercado
hablé con el vendedor
una sesuda conversación
acerca del precio de los tomates
que suben por la huelga de los camioneros
o por la huelga de la lluvia
le abrí la puerta del ascensor a una anciana,
un poco más anciana que yo
limpié la casa
quité el polvo de los muebles
y contesté un par de emails

Ahora, doctor, a las doce de la noche,
después de haber sido una niña obediente,
¿me puede decir qué hago?

...


Esparcida, desbordada, inerte, apagada,
derramada, abatida, despreciada, desalentada,
hundida, descontada, consternada, agotada,
acongojada, desconsolada, triste, afligida,
desesperada, atormentada, deshecha, apesadumbrada,
disgustada, cabizbaja, desazonada, taciturna,
luctuosa, macilenta, deprimida, abrumada,
contrita, aflicta, decaída, descorazonada.

¿De qué sirve llevar a cabo algo diariamente? Si parece ser que por el hecho de ser diario deja de ser especial o importante.

¿Qué hay que hacer cuando quien más motivos tiene es precisamente quien menos lo valora?

Yo no sé qué cara hay que poner cuando te dicen que no haces nada despuntante.

Estoy delante y desarmada. A mi ya no se me ocurre nada más.

Confesión


Es el momento. Te encuentras frente a frente con tu confesor. Ya es hora de que ese lastre con el que has estado cargando a duras penas y que colgaba de tu cuello ahogándote desaparezca.
No es fácil, no sabes cómo empezar, ni sabes cuál será su reacción. Te da miedo, pero te armas de valor y con toda tu artillería y sin ningún escudo que te cubra, te arrollidas, pides perdón y tras algunas arcadas consigues vomitar. Ya está. Ese momento que parecía que nunca iba a llegar lo ha hecho.

Respira.


jueves, 17 de julio de 2014

Voy a escribir sobre ti


Voy a escribir. A escribir sobre ti. A escribir sobre lo que escribiría si tuviera que escribir acerca de ti. Voy a escribirte en un escrito. Voy a contar cómo te recuerdo en lo insignificante. En lo insignificante de golpear la taza del váter yo te recuerdo. Y también cuando pienso en que mis ojos de vez en cuando -sólo de vez en cuando- son azules. Voy a escribir sobre lo que siento cuando no te veo. Y también sobre lo que siento cuando te veo. Y sobre lo que no siento. Y voy a contar con palabras, si las palabras me permiten algo así, cuánto me gusta el tacto de tu voz. Que tu voz golpee con la mía. Eso también voy a escribirlo. Y voy a escribir -que no a escribirte a ti- el segundo exacto en el que me di cuenta de que estaba completamente chiflada por ti. En efecto, eso es algo que debería haber escrito hace mucho tiempo. Muchísimo tiempo.


martes, 15 de julio de 2014

El arte de perder la cuenta de mis derrotas


Ya no sé si lo que tengo en la cabeza son pájaros o pirañas. Si son kilómetros de más o miradas de menos. Si escucho tu risa o quiero escucharla. Si te encuentro  o si te busco. Si apuesto por ti o sólo por mi derrota.

No lo sé.

sábado, 12 de julio de 2014

Cómo cruzar puertas


De repente se encontró ante una mesita de tres patas, toda de cristal macizo. No había nada sobre ella, salvo una diminuta llave de oro, y lo primero que se le ocurrió a Alicia fue que debía corresponder a una de las puertas del vestíbulo. Pero, ¡ay!, o las cerraduras eran demasiado grandes, o la llave era demasiado pequeña, lo cierto es que no pudo abrir ninguna puerta. Sin embargo, al dar la vuelta por segunda vez, descubrió una cortinilla que no había visto antes, y detrás había una puertecita de unos dos palmos de altura. Probó la llave de oro en la cerradura, y vio con alegría que ajustaba bien.

Alicia abrió la puerta y se encontró con que daba a un estrecho pasadizo, no más ancho que una ratonera. Se arrodilló y al otro lado del pasadizo vio el jardín más maravilloso que podáis imaginar. ¡Qué ganas tenía de salir de aquella oscura sala y de pasear entre aquellos macizos de flores multicolores y aquellas frescas fuentes! "

(Lewis Carroll - Alicia en el País de las Maravillas.)

martes, 8 de julio de 2014

Pequeños accidentes caseros


Me hice un tajo en un dedo cuando cocinaba.
Luego me despellejé otro dedo al abrir una botella.
Hoy me he raspado la pierna con el pico de la mesita.
Así que me he puesto seria:
he reunido en asamblea a todos los objetos de mi casa
y les he dicho que ya sé
que me muero de la pena,
que tengo el corazón en carne viva,
que ya sé
que no soy más que una herida que sangra tristeza,
que hasta respirar me duele porque él no me ama
como le amo yo;
en fin: que no hace ninguna falta, les he dicho,
que me lo recuerden también ellos
cada día.


lunes, 7 de julio de 2014

La nostalgia de tu palabra


La nostalgia de tu palabra,
es la azul antesala de
la nostalgia de tu silencio.
Del encuentro que nos espera
bajo la piel de niebla del destino.