jueves, 11 de diciembre de 2014

Bidbi-babi-dibú


Acompáñenme, por favor. Vamos a situarnos en una escena de la Cenicienta, la película de Walt Disney. Cenicienta llora desconsoladamente en un jardín porque las pedorras de sus hermanastras le han destrozado el vestido con el que pensaba ir al baile de Palacio... De pronto aparece el hada madrina más insólita y divertida de la historia de la imaginación: sobrada de kilos, ancianilla, despistadísima y jovial. Y para “desfacer” todos los entuertos que tienen a Cenicienta completamente depre, el hada madrina entona un encantamiento surrealista a tope... Yo creo que aún no había mudado de dientes cuando vi la película por primera vez y, sin embargo, jamás he olvidado la letra de aquella tonadilla tan pirada como pegadiza: “Machicabula, caramandula. Bidibi-babi-dibú/ yo hago milagros con esta canción/Bidibi-babi-dibú”... Y ¡chas!, luego viene lo de la calabaza convertida en carroza, los zapatitos de cristal, Cenicienta-encuentra Príncipe y todo lo demás que nos sabemos de memoria.

Cuando el año, cualquier año y cualquiera que sea la edad que tengamos, llega a estas alturas de la Navidad, pasan un montón de cosas. Quizá las más importante y honda, para miles de millones de personas, es que celebramos el misterio insondable del Nacimiento del Hijo de Dios. Y digo “celebramos” sin agarrarme a la palabra como tópico, sino como realidad de gratitud, esperanza y cosquillas de alegría en el alma.

Pasa también que hasta los más incrédulos sacan una cierta fe de donde pensaban que ya nada existía. Y creen de nuevo, aunque sea por breves horas, en la bondad, la fraternidad, la inocencia y los Reyes Magos. Tampoco me parece a mí un ejercicio como para quedarse con la lengua fuera, porque a una Humanidad que traga con adivinos, videntes, echadores de cartas, tarots y horóscopos varios. ¿qué trabajo le cuesta soñar por una noche con los Reyes Magos o con quienquiera que, revestido con el manto de armiño del afecto, haga de rey mago para uno?...
Ocurre otra cosa: a estas alturas del año, casi todos tenemos la piel del corazón como el vestido de Cenicienta tras el arrase de sus hermanastras: un roto de desilusión por aquí; un desgarrón de cansancio por allá; un agujero de fracaso por acullá; una mancha de contrariedades en el codo... Porque sí: porque han pasado once meses desde la última Navidad y parte de nuestras buenas intenciones se han ido por el sumidero de la rutina, el genio endemoniado, ese dolor de espalda que nos irrita o la falta de colaboración del prójimo, que es un plasta, en el cumplimiento de nuestras buenas intenciones. Y, de pronto, entre villancico y villancico, suena el eufórico “¡Bidibi-Babi-Dibú!”... Yo no sé por qué, ni tampoco voy a pararme a averiguarlo, no sea que rompa el encantamiento pero, ahora, en este tiempo navideño, el primer prodigio se produce en nosotros mismos y todos nos convertimos en hadas y hados madrinas/os. O así podría suceder a poco que lo intentásemos. Si la gorda y turulata hada madrina de Cenicienta puede transformar a los ratones en elegantes lacayos, ¿qué no podremos conseguir nosotros, tan guapos, tan altos, tan sin mocos, y tan inteligentes y brillantes?.

Difícil no es, desde luego. Dejando aparte la fórmula del encantamiento, “machicabula, caramandula...”, etcétera, ¿ de qué está hecha una varita mágica lista para proporcionar un poco de felicidad al personal?. Lo primero, para ser un hada/hado madrina/o como mandan los cánones, es conocer de verdad lo que anhela aquel que está aguardando la magia como agua de mayo, como agua navideña, en este caso. Eso, claro, exige saber mirar, escuchar, oler, intuir y, sobre todo, querer, querer mucho. Si la varita mágica está hecha, fundamentalmente, de amor no habrá errores y no acabaremos regalándole un pingüino a un esquimal o un costurero a un coleccionista de sellos, que pasa, ¿eh?. Si al afecto se unen la imaginación y la alegría, me parece que el asunto está chupado. Tiene que haber sorpresa y risas en estos días. Entregar una pulsera de perlas con cara de funeral de tercera u ofrecer la enésima corbata con lunarcitos al tío Alberto, que ya está pensando en poner un tenderete en el Rastro para vender su stock de corbatas con lunarcitos, es hacer un pan como una torta. Es, sobre todo, confundir la generosidad con el dinero. Que, ¡manda narices!.

Este es tiempo de prodigios. Tenemos por delante doce meses para que el traje del corazón vuelva a ponerse guarro de lamparones, inevitablemente. Pero, de momento, que nos quiten lo bailao y, sobre todo, lo navidañeao... Que no nos lo van a quitar, oigan. Por cierto: ¿se han probado el gorro puntiagudo de hada madrina ante el espejo para ver que tal les sienta? ¡Pues no sé a qué estamos esperando!


jueves, 2 de octubre de 2014


Aquí es donde se empiezan a escribir las grandes historias. La chica más triste del mundo encuentra su destino y deja de huir de ella misma. Empieza entonces a reencarnarse en todas las versiones posibles con él y da sentido a todas esas vidas que estuvo esperándole. Porque hay un momento en cada persona donde los pronombres dejan de ser simples enseñanzas académicas y se convierten en amuletos. "Tú" no tiene espacio para albergar ningún otro nombre que no sea el tuyo. Alguien te ha señalado y ha grabado en la caída de mi cuello, justo por encima de mi clavícula izquierda, esas dos letras. Así que cuando preguntes dónde se encuentra mi punto débil será fácil contestarte: mi punto débil eres tú.

No estoy enamorada, sino convencida de que nosotros no nos encontramos en un diccionario. Si te defino, te limito. Y esto lo sabe muy bien cada célula de mi cuerpo cuando una mariposa se infiltra en su diafragma y empieza a revolotear, sincronizándose entonces unas con otras, partiéndome al fin en todas las unidades vivas de mi cuerpo con las que puedo quererte más allá de las leyes de la gravedad. Más allá de un par de palabras que no sustituyen, ni mucho ni menos, la eternidad de besos que nos quedan por darnos.


martes, 30 de septiembre de 2014

El tiempo pasa volando

"El tiempo pasa volando". Ignoro quién formuló por primera vez esta frase que a pesar de haberse convertido en tópico mantiene intacta su belleza. Que utiliza la gente, de muy diversa procedencia; para expresar su asombro, su ansia, su resignación o se vértigo al ver que un hijo crece y una madre envejece, que el paraíso soñado se reduce a un entresuelo de 50 metros cuadrados y la vuelta al mundo a un fin de semana en Palma de Mallorca: pero a diferencia de la gran mayoría de frases hechas, el lugar común no ha sido capaz de desnudarla de significado.

"El tiempo pasa volando". Se trata de una imagen sugerente tenemos conciencia del tiempo porque, aunque preferimos no pensar en ello, sabemos que nuestra existencia en este mundo tiene fecha de caducidad. Disponemos de razones objetivas para sentir que pasa, como el autobús o la soledad, como el tren y la utopía, como la moda de pantalón "fuseau" con manoletina dorada o la pasión por los dinosaurios de Spielberg. Pasa tan rápidamente que sin contar los días que tiene noviembre llega diciembre y aún no hemos comprado el recambio de la agenda para 2015. Tan volando que ni acertamos a ver su verdadero rostro, como los boeings, que en lugar de viajar por el cielo parecen autocares que transitan por una autopista de algodón, o la gaviotas de cola blanca que, de dos en dos, bailan como una pareja de patinadores rusos y se desplazan tan rápido que necesitarías pulsar el botón de "slowly" que tienen los videos modernos para relentizar la imagen.

El tiempo pasa volando ante nuestras narices y no siempre aceptamos el riesgo de embarcar en su nave. A veces porque el viaje es demasiado largo, con escala en aeropuertos polares adornados con osos disecados. Otras veces porque una nómina es una nómina, a pesar de percibir un sueldo miserable, y una pareja es una pareja, aunque tan sólo compartas las facturas.

Gracias a los rituales marcados por el calendario, la gente acaba por distraerse del vértigo que produce imaginar el tiempo como una llanura inmensa que esconde sus límites. La invitación a atravesarla es mucho más que un derecho constitucional, pero los buenos viajeros admiten que el trayecto puede variar en la estación más inesperada.

Si el tiempo pasa volando, con nosotros dentro de la cabina de pilotaje, le evitamos a nuestra conciencia sobremesas de tedio y remordimientos de vacío. Pero para conseguir esta plaza hay que tener un carné de conducir más difícil que el E (vehículos con remolque no ligero) y, por si fuera poco, por métodos autodidactas. La educación sentimental nunca entró en nuestros programas de curso, y hasta que no nos reconocemos huérfanos de recursos para avanzar por la llanura no le damos importancia. Si trabajas la inteligencia, acoges la duda y habitas en tus sentimientos con la habilidad para acelerar y desacelerar sin miedo, es posible que si te equivocas de nave o de tren en lugar de perder el viaje hagas transbordo.

martes, 16 de septiembre de 2014

Nublao


«Mariana creía que los días nublados le traían mala suerte. Cada amanecer nublado, algo malo ocurría. Los días nublados los pasaba sola, tratando de olvidar malos momentos. Pero esta vez un chico la invitó a tomar algo, y no lo podía rechazar. No le dijo nada y esperó. Cuando el chico la llamó para confirmar, se dio cuenta que las maldiciones no existían. Se vistió y se preparó para salir. "Las maldiciones no existen" pensó. Y se cayó por las escaleras. "O tal vez, si", se dijo mientras se reía sola. "Sólo no hay que pensar que no existen."»

(Lucía De Dominicis)


domingo, 14 de septiembre de 2014

¿Qué hacer cuando te rompen el corazón?


En su tercer disco Amaral cantaba uno de sus grandes éxitos, Sin ti no soy nada. La protagonista de la letra de la canción hablaba de una emoción, de cómo se sentía tras perder a su pareja, como una niña triste tirada en la cama que abrazaba su almohada. Y yo no dudo de que nos podamos sentirnos así tras un divorcio o una separación. Una ruptura de pareja es una pérdida (incluso aunque haya sido decisión nuestra) y puede llevarnos a sentir emociones extremas. Pero no todo lo que sentimos es cierto, a veces sentimos que nuestra vida está acabada y no es verdad. Y si pueden ser normales esas emociones en un primer momento, no nos podemos conformar con ellas y quedarnos en la tristeza toda la vida. No es cierto que el tiempo todo lo cure, todo depende de lo que hagamos en ese tiempo. ¿Y qué es lo que podemos hacer cuando nos dejan y sentimos que no somos nada?

Todos tenemos en la cabeza las típicas imágenes de hombres tomando whiskies en la barra del bar y mujeres comiendo sin fin grandes tarrinas de helado. Las canciones de desamor, el cine y posiblemente los amigos nos digan que lo hay que hacer es salir de fiesta o que un clavo saca otro clavo. Cada persona es diferente, cada persona tiene su ritmo y tiene formas diferentes de superar una ruptura. Sin embargo, hay algunas pistas que pueden servir para la mayoría de nosotros.

Lo primero que conviene hacer, si tenemos ganas, es llorar la pérdida y sentir todas esas emociones de desesperanza y dolor. Lo peor que se le puede decir a una persona que llora es que no llore, que venga, que lo supere, que no es nada. Teníamos pasión, amor, cariño o esperanza, y ahora lo hemos perdido: tenemos derecho a llorar, a enfadarnos, a negar la ruptura y a preguntarnos mil y una veces por qué.

Desde el primer momento, cuanto antes podamos, es bueno poder hablar sobre lo que ha pasado, cómo nos sentimos. No se trata de tener la obligación de hablar con una amiga o un amigo si no nos apetece. Si no nos apetece, lo dejamos para después y ya veremos. Ni tampoco es cuestión de ir contando las penas a los cuatro vientos. Pero siempre es bueno oír cómo nos sentimos de nuestra boca mientras se lo contamos a alguien. Las penas compartidas son menos penas.

Hablar con alguien de todo lo que sentimos y pensamos no solo sirve para desahogarnos. El lenguaje ayuda a ordenar nuestras ideas. Por eso una tarea muy oportuna puede ser escribir lo que pensamos y estamos viviendo. Esforzarnos en poner por escrito todas esas frases que nos estamos repitiendo una y otra vez y que se han podido convertir en un martilleo rítmico insoportable o en un ovillo que no sabemos desliar.

Un día, unos días, una semana, un par de semanas. En algún momento tenemos que dejar de llorar (aunque sea un rato) y salir a la calle. No es necesario salir de fiesta (si apetece, pues muy bien), pero lo peor que podemos hacer es no hacer nada: del trabajo a la casa y de la casa al trabajo, con horas y horas de televisión o de obligaciones. Es necesario salir de la rutina y mantenernos activos, ver a amigos, quedar a tomar un café, salir a ver escaparates, pasear por una vía verde o ir al cine.

¿Y qué hacer con la esperanza? A veces nuestra expareja nos da una de cal y una de arena y a veces podemos creer que no todo está perdido, que podemos volver a estar juntos. Y a veces podemos ver señales donde no las hay e ilusionarnos con que el amor triunfe y vuelva a resurgir. Sin embargo, hay una prueba más importante que cientos de cosas que se nos puedan pasar por la cabeza, nuestra pareja no está con nosotros, no quiere estar con nosotros, porque si quisiera estaría con nosotros. No sabemos lo que el futuro nos puede deparar, pero no podemos esperar lo que posiblemente no pase nunca. Lo mejor es decir adiós y, si podemos, como Rosana, que te vaya bonito.

Seguro que ya nos hemos preguntado muchísimas veces por qué nos han dejado o le hemos dado mil vueltas a lo que ha sucedido. Con un poco de distancia y de tiempo (unos días o unas semanas) podremos comprenderlo mejor. Después de un pequeño tiempo, es el momento de revisar aquellas ideas que hemos escrito sobre todo lo que nos ha pasado por la cabeza. Seguro que son unas pocas ideas y preguntas repetidas de mil formas diferentes. ¿Por qué nos han dejado? Porque sus emociones, sus esperanzas, sus proyectos, lo que piensa, ha cambiado. Y de eso nosotros no podemos ser culpables, hemos podido cometer errores o no, no darnos cuenta de aquello o de lo otro, pero nosotros seguíamos queriendo.

Tú vales por lo que eres, no por quien te quiera o te odie. No le podemos gustar a todo el mundo ni podemos conseguir que alguien nos quiera por mucho que creamos que sea el amor de nuestra vida. Los amores acaban, aunque su final nos duela. Tú eres una persona especial, con ganas de amar y capacidad de amar. Tú tienes un millón de virtudes, aunque alguien no lo vea, aunque tú no lo sepas, aunque no te lo creas.

Y ahora comienza una nueva etapa. Tú eres protagonista de tu nueva vida. No se trata de tomar grandes decisiones unos días después de una ruptura, se trata de saber que ahora tu vida la controlas tú. Podrás tener muchos condicionantes, muchas cosas que no controlas, pero tú vas a ser la persona que va a decidir qué hacer con todo eso que te rodea y con todo eso que eres. Quizás sea el momento de hacer aquellas cosas que nunca te habías atrevido a hacer, empezar proyectos guardados en un cajón. Quizás sea el momento de conocerte mejor y superar con ayuda profesional aquellos problemas de los que siempre te habías quejado. Quizás sea el momento de buscar nuevos amores o retomar antiguas y queridas amistades. Lo que es seguro es que es un buen momento para volver a ser feliz.


lunes, 1 de septiembre de 2014

Cambio


Me he levantado esta madrugada y, al abandonar la cama, el alma se me ha caído y se ha roto contra el suelo. Se ha partido con un chasquido leve y seco que, sin embargo, ha resonado en el silencio como una protesta.

Despacio, con paciencia de relojero, he ido recogiendo los trozos que se han desperdigado sobre el parqué. He amontonado sobre la cama recuerdos disímiles, odios larvados y esperanzas que me niego. Figuras muertas con otras de personas con las que hoy mismo desayunaré. Así expuesta, deshecha y falta de orden, mi alma me ha parecido el recuerdo de una vida inútil. He pasado buena parte de la noche reconstruyendo la frágil coherencia de ayer, encajando las piezas una por una, hasta volver a ser yo.

Despuntaba el sol cuando he terminado con la labor más ardua: reconstruir el pasado y el presente. Después ya sólo me ha quedado la labor de repegar las piezas de mi futuro imaginado. He recordado otras veces que se me rompió el alma, hace tiempo. Entonces aquella porción era más grande, mucho más grande.

Es por eso que me he prometido darle brillo.


viernes, 29 de agosto de 2014

...


La pura verdad es que continuo tremendamente disponible para cuando quieras regresar. Continuo aquí, disponible, que no esperándote. Son cosas completamente diferentes. Esperar, esperar en el sentido más puro de la palabra, significa sentarse a ver cómo pasa la vida sin inmiscuirse en nada hasta que llegue ese algo o ese alguien que estamos esperando y nos impulse al mundo físico de nuevo. Yo no te espero. No podría permitirme parar otra vez, porque ni siquiera sé si vendrás. Simplemente continuo con mi vida, a sabiendas de que cualquier día puedes aparecer - o no- y entonces estaré dispuesta a que lo cambies todo. No es que esté dispuesta en realidad, es que lo harás. Y tendré
que conformarme. Ya vengo convencida de fábrica, formada, conformada.

martes, 26 de agosto de 2014

...


A veces me besa en la boca tu olor. Y el mundo sigue girando como si no
hubiera pasado nada. Pasan los minutos, pasa la vida. Nosotros, los de
entonces, ya no somos los mismos; ya lo decía Neruda. Tu imagen jamás se
va del todo, pero ya no me tortura como antes. Supongo que ya no me
alimento de recuerdos. Ni de inseguridades. Supongo que ahora vivo fuera
del bucle. Y me pregunto si tú te habrás quedado ahí dentro, girando
solo. Si ahora mismo sigues dando vueltas, como antes, volviendo siempre
al triste punto de partida. Me pregunto si serás feliz...

A veces me araña la espalda tu olor. Y no siento nada. Todos los
pinchazos se han quedado dormidos. Ya no me preguntan por ti. Ya no
estamos imantados. Y, aunque nos sigamos teniendo miedo, siempre podemos
disimularlo haciéndonos los encontradizos y parándonos a hablar en
cualquier semáforo en rojo. Sabiendo que la luz verde significa que ya
podemos perdernos en el ritmo frenético de la ciudad. Perdernos en otros
labios. En otros caminos. Y empezar de cero en esta búsqueda constante
de la felicidad a la que llaman vida.


Se sigue buscando isla


Según la leyenda, Afrodita nació aquí, en Kíthira. La diosa del amor surgió del mar precisamente en estas playas y, aunque de su templo no queda ni una sola piedra, el aire huele tan bien y el sol de la más meridional de las jónicas es tan bueno conmigo que la tarde se pone dulce y me hace ilusión cerrar los ojos y creerme el amor y sus dioses, por lo menos, hasta que llegue el crepúsculo.

Sin embargo, a menudo y no sólo en Grecia, el amor es un famoso productor de tragedias. Si antes no muere nadie de aburrimiento, las relaciones amorosas, ya sea por exceso o por defecto, siempre terminan haciéndonos sufrir.

¿Será cierto que la sensibilidad no tiene medida y todas las doctrinas griegas sobre el término medio son falsas? Lo afirma Elias Canetti en “La provincia del hombre” y aunque es uno de mis libros de cabecera, cualquiera que haya amado alguna vez con todos sus sentidos sabe algo sobre las fronteras propias y las ajenas y sabe también que las emociones y los sentimientos han de dosificarse con sabiduría porque la espontaneidad y la frescura es un lenguaje que acostumbra a pagarse caro. No hay pasión sin combate contra ella, sin aspirar a la recuperación del equilibrio, a la claridad, la medida justa, la razón y la calma. Por eso no termino que creerme la afirmación de Canetti. Pero todavía es pronto, falta mucho para el crepúsculo y la tarde, esta isla y su diosa dan para inventarse las historias más exquisitas.

Ibiza me resultó demasiado mundana y accesible. A Cuba, distinta y distante como su utopía, tal vez llegué demasiado tarde. Pero mi paraíso soñado es un territorio así de abarcable y rodeado de agua templada por todas partes. Por eso busco una isla; un paisaje de colinas y bosques que bajan hasta la playa por caminos amables donde nadie impide identificar los perfumes del aire. Allí, bajo la sombra de los pinos que la protegen del sol de mediodía, duerme mi casa tal como la sueño: horizontal, espaciosa, fresca, llena de color y sin embargo tan blanca. Tiene embarcadero y atracado en él un barco viejo de madera noble y buena quilla. En la cocina, de grandes fogones, los pucheros hierven lentamente un cocido de verduras y legumbres frescas, y dejan escapar aromas que se mezclan con el olor de la fruta madura y el de las algas que arrastra la marea. Dos niñas juegan con los perros en la orilla del agua y algunos muchachos se recrean mirándolas sin notar que ellas lo saben.

En mi país de Jauja sin oráculo que asuma la responsabilidad, sin dioses que me envíen a la guerra ni me concedan treguas en Navidad, con la sola certeza de que todo aquello que afecta a los humanos está sometido a cambios incesantes, mi alma no sufrirá prisionera de las pasiones. Ataraxia llamaban los griegos a ese estado de serenidad, medida exacta.

A las playas de la isla que busco quiero llegar más pronto que tarde. Y te invoco, Afrodita, porque no es fácil; hay que dejar atrás los continentes sin contenido y atravesar mares profundos y misteriosos en los que todavía en más de una ocasión me jugaré la vida.

Sabré que la he encontrado cuando sea el placer lo que me dé la dimensión de la bondad en la gente y en las cosas; cuando al tiempo sólo lo midan la temperatura y la luz; y a mí, nada ni nadie.


domingo, 24 de agosto de 2014

Arriesgar o sólo mirar


"Reír, es arriesgarse a parecer un tonto.
Llorar es arriesgarse a parecer un sentimental.
Hacer algo por alguien, es arriesgarse a involucrarse.
Expresar sentimientos, es arriesgarse a mostrar tu verdadero yo.
Exponer tus ideas y tus sueños, es arriesgarse a perderlos.
Amar, es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir, es arriesgarse a morir.
Esperar, es arriesgarse a la desesperanza.
Lanzarte, es arriesgarse a fallar.

Pero los riesgos deben ser tomados, porque el peligro más grande en la vida es no arriesgarse.

La persona que no arriesga, no hace, ni tiene nada.

Se pueden evitar sufrimientos y preocupaciones, pero simplemente no puede aprender, sentir, cambiar, crecer, amar y vivir….

Solo una persona que arriesga es libre"

martes, 19 de agosto de 2014

...


Le he robado la cartera a la tristeza, he pasado tardes muertas con mis culpas, he tomado drogas pasando noches enteras fuera de mi cuerpo, he bebido los licores de la más absoluta felicidad y también me han aplastado los miedos de la infancia. He querido y he odiado, fui capaz de saltar las tapias del rencor, he pedido perdón, he hecho cosas irreparables, he mentido por un beso y he dicho la verdad aun sabiendo que así lo perdería todo. He tanteado con mi mano el camino de tu espalda encontrando el tiempo perdido. He sido Electra, Pandora y Penélope. He follado en lugares que ni te imaginas, he flotado desnuda en el mar de tus entrañas, fui capaz de atrasar los calendarios, he corrido delante de la poli, he visto llorar a mi madre, he subido a trenes sin destino, vi como España ganaba el mundial en el chiringuito de la playa, he hecho muchísimas cosas por muchas personas, he ocultado mis defectos, he visto a la pobreza pasearse por las aceras, hice un mundo a tu medida, me conozco de memoria tus cosquillas, me han engañado, he sido fiel y he dado hasta vaciarme. He firmado 900 despedidas, he probado la anestesia, he sido cobarde y valiente como quien viaja de Groenlandia hasta la Antártida, he pensado que no valía para escribir. De pequeña vi a Beckham desde el autobús y también a Bardem a través del cristal de un hotel. He escuchado a los árboles, me he hecho la dormida y he probado la gloria tras darlo todo por perdido. Me he gastado mucho dinero en cosas innecesarias, me han roto el corazón de todos los modos posibles y también he hecho mucho daño. Me he perdido en Madrid, he viajado en business y a dedo, he visto el amor con estos ojos, he hecho caso a mi cabeza y a mi corazón, he probado 1000 salivas diferentes pero lo más importante,

he conseguido que me ames.



viernes, 15 de agosto de 2014

Up


A veces cuando algo sucede, pensamos que no debería haber ocurrido así. Por eso sentimos, cuando muere un ser querido, cuando perdemos unas elecciones, cuando sufrimos cualquier derrota, que todo ha terminado. Y no es verdad. Ése es el principio siempre. Porque la grandeza se alcanza, no cuando todo va bien, sino cuando la vida te pone a prueba, cuando tienes un gran tropiezo, cuando te decepcionan, cuando la tristeza te invade. Porque solamente estando en lo más profundo del valle, puede saberse lo magnífico que es estar en la cima de una montaña.


domingo, 10 de agosto de 2014

Duele si te vas


Yo no sé si estoy enamorada de ti. O si tan sólo te quiero para mí. Hace tiempo que no puedo distinguir los sentimientos con la precisión de antes, de aquel tiempo en el que todo era más fácil. A lo mejor quiero llorarte. A lo mejor inconscientemente me apetece ser mártir. Tu mártir. O a lo mejor sólo quiero olvidarte y cuando lloro, lloro porque siento que no aguanto ni un minuto más contigo amarrado a mi piel, sin una solución rápida que me permita deshacerme de ti para siempre. En mis mejores sueños, sueño que te olvido. Incluso en sueños, soy yo la que lucha, la que huye, la que se siente quebrar por dentro. Y tú el que echa la vista a un lado, el que desaparece, el ser que no me quiere. No es posible que te quiera, cuando no te deseo en mi vida. Cuando sé que no eres para mí. No es posible saberme tan perfecta cuando estamos juntos y que, al desaparecer tú, desaparezca contigo toda mi perfección.

Siendo sincera y honesta es precioso sentirte cuando estás cerca. Quizá tú hayas sido una de la mejores sensaciones de toda mi vida. Pero es tan horrible lo que dejas cada vez  que desapareces, que no existe, que no existe nada en el mundo que tú puedas hacer que compense todo el daño que me produce el sólo y simple hecho de que te marches.


miércoles, 6 de agosto de 2014

Las comedias románticas perjudican seriamente la salud


La vida a veces se pone insoportablemente irónica. Que se lo digan si no a Chloe Angyal. Esta bloguera estadounidense  y colaboradora en la web Feministing.com se disponía a empezar su tesis doctoral sobre los efectos (nocivos) de las comedias románticas contemporáneas cuando se encontró en un escenario digno de película de Reese Witherspoon, Kate Hudson o Jennifer Aniston: su novio le dejó el día antes de San Valentín, justo cuando acababa de empezar el trabajo de campo, que le obligaba a ver 12 chick flicks a la semana. “Pasaba mis días en la biblioteca, leyendo sobre el tema y tomándome solo pausas para llorar”, escribió en un artículo en la web Jezebel.

Lo único que le falta a su historia para convertirse en comedia romántica es un bibliotecario sarcástico pero sensible con ligero acento británico, al que la protagonista ignora porque está demasiado obsesionada con un ex despreciable. Eso y un cartón de helado que devora con su chispeante amigo gay al llegar a su apartamento. Al final, tras muchas baladas, muchos paseos por Manhattan, abrigados con mitones y un gorrito simpático y muchos feos al bibliotecario, acabarían juntos. Chloe tendría lo que quiere toda mujer: un hombre que la redima y dé sentido a su vida. O al menos eso dice el Manual de la Comedia Romántica.

Y ese tipo de mensaje es el que Angyal se propone denunciar en su tesis.  “Las comedias románticas siempre han reflejado los valores de su tiempo. Son y han sido siempre machistas. Pero en la última década el sexismo se ha vuelto patente y virulento. En una película como La proposición [el filme  de 2009 con Sandra Bullock y Ryan Reynolds que arrasó en taquilla], salta a la vista el desprecio por las mujeres que tienen poder y una carrera. Su mensaje está clarísimo: el feminismo es una mentira y nada te hará veraderamente feliz, excepto el matrimonio y la maternidad”, argumenta Angyal por correo electrónico.

Según la escritora, no es la primera vez que ese género cinematográfico traslada un mensaje reaccionario. También lo hizo en los años cincuenta, cuando interesaba que las mujeres que habían trabajado fuera de casa durante la Segunda Guerra Mundial volvieran al hogar familiar. “Lo increíblemente deprimente es que todavía se les diga eso a las mujeres en la segunda década del siglo XXI”.

Para su estudio, redujo el número de películas a estudiar a 30, estrenadas entre 2005 y 2011 y escogidas por su repercusión y su éxito de público. “El día que tenía que ver una película realmente mala como Sígueme el rollo, con Jennifer Aniston y Adam Sandler, lo compensaba con algo como Crazy Stupid Love. Algo pasa en Las Vegas la combiné con Rumores y mentiras, con Emma Stone”, explica. Angyal también lanza a su particular hoguera Ex-posados, Ojalá fuera cierto, con Reese Witherspoon y las dos secuelas cinematográficas de Sexo en Nueva York, que considera especialmente ofensivas.

El inicio de su tesis coincidió con la publicación de un celebrado artículo de la actriz y guionista Mindy Kaling en el New Yorker que acabó en la lista de las diez piezas más leídas de 2011 en la prestigiosa revista. En el artículo titulado Chick flicks, Kaling se declara fan de la comedia romántica, pero repasa los clichés del género y los personajes que se dan en este tipo de películas pero nunca en la realidad. Como la Rarita Etérea (una variante de lo que el crítico Nathan Rabin bautizó como Manic Pixie Dream Girl a raíz del personaje de Kirsten Dunst en Elizabethown), la típica chica que baila bajo la lluvia, llora si ve un anuncio de un gato perdido y convence a un tipo con vida aburrida de que lo que necesita es bañarse desnudo en al piscina de su vecino. O La Mejor Amiga Graciosilla, que no tiene vida propia y siempre saca tiempo para escuchar a la protagonista y quedar con ella en cafés monos y en la sección de perfumes de los grandes almacenes. Y ,claro, la Mujer Obesionada con su Carrera Que no le Cae Bien a Nadie.

¿Y qué si unas cuantas películas comerciales quieren funcionar con estereotipos? También los tienen las películas de terror, y hasta el cine de autor festivalero. La crítica de cine Desirée de Fez opina que no hay para tanto: “quiero pensar que los escritores que hay detrás, incluso en el mainstream menos elaborado y más de manual, tienen humor y que esos personajes son exageraciones deliberadas de los clichés. Evidentemente, detecto los casos graves, tanto en los personajes femeninos como masculinos, pero por lo general no pongo el grito en el cielo cuando, por ejemplo, a un personaje femenino le va la vida en preparar su boda”.

En cambio, Angyal juzga que esas películas sí son peligrosas y que terminan por afectar las expectativas hasta de la más cínica y sofisticada de las espectadoras: “La cultura popular es una manera especialmente efectiva de comunicar valores sociales y sabiduría general. Es efectiva porque es muy entretenida. Esos mensajes se cuelan en la sociedad sin que nosotros lo notemos. Las historias que se cuentan en las comedias románticas tienen raíces culturales profundas, en los mitos griegos y en los cuentos de hadas. Si creces en una sociedad que te cuenta ciertas historias sobre el amor, el sexo y el género, no importa qué distancia tomes, te afecta”.

La directora de cine Inés París, que tiene en su haber comedias románticas “diferentes”, según su propia definición, como Semen o A mi madre le gustan las mujeres, le da la razón: “El cine transmite modelos y la comedia romántica es la fórmula ideal. Es emocional, bloquea el pensamiento. Quizá la peor idea que transmiten estas películas es la idea de que la mujer sólo puede estructurar su vida alrededor del amor. Que su misión es buscar un hombre, cuidar a los hijos…”.  Curiosamente, París también escribió su tesis sobre la comedia, y destaca el potencial transgresor del género.

Al fin y al cabo, este es el medio que dio al cine Luna Nueva, Annie Hall y Cuando Harry encontró a Sally. Pero esas películas “y todas las que la gente rememora cuando piensa en las edades de oro del género”, según Angyal, “ decían algo progresista sobre el género. También eran buenas películas, con gran diálogo, gran argumento y grandes interpretaciones, pero si han perdurado es porque estaban adelantadas respecto a las otras comedias románticas de su tiempo”.

Las entrevistadas coinciden en que  hay esperanza más allá, mucho más allá, de la filmografía de Katherine Heigl. De Fez cree que la comedia comercial vive un gran momento y cita las producciones de Judd Apatow (“a pesar de su tendencia a la coletilla moralista”) y La boda de mi mejor amiga. París salva a las veteranas directoras Nora Ephron y Nancy Meyers.  Se trata de que la protagonista acabe con su bibliotecario, pero también termine su tesis, se coma el helado sin remordimientos y escuche de una maldita vez a la pobre Mejor Amiga Graciosilla.


Hoy


https://www.youtube.com/watch?v=1VH6LG2WDD4

martes, 5 de agosto de 2014

Aprenderás


Después de algún tiempo Aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y Aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.

Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos ni promesas... comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y Aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para tus proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.

Después de un tiempo Aprenderás que el sol quema si te expones demasiado... aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas... Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma... descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida.

Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permiten elegir.

Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que lo amigos cambian. Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, solo por el placer de disfrutar su compañía.

Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esa persona que la amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la ultima vez que la veamos.

Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tiene influencia sobre nosotros, pero que nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzaras a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuado queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.

Aprenderás que no importa donde llegaste sino a donde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve...

Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlan y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: Siempre existen dos lados.

Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario enfrentando las consecuencias...

Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.

Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.

Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de la experiencia, que con los años vividos.

Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones.

Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y seria una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la esperanza.

Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho a ser cruel.

Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero no saben como demostrarlo...

No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.

Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algunos momentos condenado.

Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.

Aprenderás que el tiempo no es algo que puedes volver hacia atrás, por lo tanto debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Entonces y solo entonces sabrás realmente lo que eres capaz de soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más.

Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.

sábado, 2 de agosto de 2014

El cuento de la cerillera


Era la noche de San Silvestre, la última noche del año. Todo el mundo en la ciudad se apresuraba para llegar pronto a sus casas y refugiarse del frío y la nieve. Iban muy abrigados, y algunos llevaban regalos de Navidad. Tras los cristales ardía la leña en las chimeneas y había agradables aromas de los manjares preparados para la cena de aquella noche.

En medio del ir y venir, un pequeña chiquilla vendía fósforos para ganar algo con que comprar siquiera un pedazo de pan. - Compren fósforos, lo mejor para encender fuego. ¡Compre cerillas, señor! Pero la gente apenas escuchaba su débil voz y desde luego, por nada del mundo sacarían las manos de sus tibios bolsillos con el frío que hacía.

Poco a poco, la noche se fue acercando y la calle se quedó desierta. -¡Fósforos, fósforos! ¡Cerillas para la lumbre! –Pero la pobre cerillera pronto comprendió que no vendería nada más aquel día. Terminó pronto de contar las escasísimas ganancias. No podía volver así a su casa: sin llevar consigo algo de alimento para su familia.

Pensó que quizá sus padres se enfadaran con ella por no haber sido capaz de vender más, eran tan pobres y tantas bocas que alimentar, que la más mínima cantidad marcaba una gran diferencia. ¡Si por lo menos no hiciera tanto frío! Tenía los deditos entumecidos, la nariz helada y le dolía mucho la garganta. Si se atreviera a encender una cerilla, sentiría un poco de calor...

Al fin y al cabo, en su casa haría el mismo frío que en la calle, pues durante todo el invierno el agua de lluvia se había abierto camino entre las rendijas del tejado, formando goteras y el viento soplaba a través de lo cartones que formaban las paredes de su humilde casita. Se refugió en la esquina que formaban dos casas muy elegantes y con mucho cuidado para no destaparse, encendió un fósforo.

Y la luz del fósforo al arder le mostró una acogedora estancia donde ardía el cálido fuego de la chimenea al lado de una mesa con humeante comida. Las llamas se reflejaban en las paredes creando figuras danzarinas y la pobre cerillera incluso podía sentir el calor de una manta sobre sus rodillas. Al apagarse, la niña volvió a la oscura y fría realidad.

-Si pudiera ser todo el rato así...- Se lamentó la chiquilla –Encender otro fósforo no marcará ninguna diferencia, y sin embargo es tan agradable su luz... Y procedió a prender la llama que esta vez le mostró un salón bellamente adornado, con un árbol de navidad adornado con infinidad de pequeñas velitas centelleantes. Bajo él, los regalos esperando a ser abiertos por niños ilusionados.

Al apagarse el segundo fósforo, la pequeña volvió a sentirse sola, en la noche acariciada por los copos de nieve que caían sin cesar, casi a oscuras, sentada en la calle y aterida de frío. - Encenderé otra cerilla

– decidió la niña, pues las ilusiones que le brindaba la luz conseguían apartarla, siquiera por un momento, de la insensible realidad

Y así lo hizo, sostuvo la madera encendida delante de sus ojos y esta vez se vio a sí misma sentada a la agradable mesa al lado de la chimenea, tomando una sopa caliente que reconfortó su enfermo cuerpo. Y también era ella la que se acercó al majestuoso árbol de navidad para abrir los regalos que en su corta vida nunca había recibido.

Tan agradable y tan nueva era la sensación para la chiquilla, tan gratificante sentir el calor del hogar, que esta vez, cuando se consumió la cerilla, sólo quedó junto a la esquina de las elegantes casas el pequeño cuerpecito de la vendedora de fósforos, pues su alma se negó a regresar a esa realidad que la había ignorado hasta el momento.


viernes, 18 de julio de 2014

Obediencia


Hoy he sido una niña obediente
(una niña obediente de cerca de cuarenta años)
he seguido los consejos
del manual de desintoxicación
no he exigido mi dosis
no te he llamado por teléfono
ni siquiera he marcado tu número para escuchar tu voz
y rebajar mi ansiedad
no te he escrito la vigésima carta sin respuesta
(ni siquiera la he enviado)
no he mirado tu fotografía
ni los mensajes de móvil archivados
no he hablado de vos con nadie
he dormido y no soñé contigo
he hecho los deberes
he ido al mercado
hablé con el vendedor
una sesuda conversación
acerca del precio de los tomates
que suben por la huelga de los camioneros
o por la huelga de la lluvia
le abrí la puerta del ascensor a una anciana,
un poco más anciana que yo
limpié la casa
quité el polvo de los muebles
y contesté un par de emails

Ahora, doctor, a las doce de la noche,
después de haber sido una niña obediente,
¿me puede decir qué hago?

...


Esparcida, desbordada, inerte, apagada,
derramada, abatida, despreciada, desalentada,
hundida, descontada, consternada, agotada,
acongojada, desconsolada, triste, afligida,
desesperada, atormentada, deshecha, apesadumbrada,
disgustada, cabizbaja, desazonada, taciturna,
luctuosa, macilenta, deprimida, abrumada,
contrita, aflicta, decaída, descorazonada.

¿De qué sirve llevar a cabo algo diariamente? Si parece ser que por el hecho de ser diario deja de ser especial o importante.

¿Qué hay que hacer cuando quien más motivos tiene es precisamente quien menos lo valora?

Yo no sé qué cara hay que poner cuando te dicen que no haces nada despuntante.

Estoy delante y desarmada. A mi ya no se me ocurre nada más.

Confesión


Es el momento. Te encuentras frente a frente con tu confesor. Ya es hora de que ese lastre con el que has estado cargando a duras penas y que colgaba de tu cuello ahogándote desaparezca.
No es fácil, no sabes cómo empezar, ni sabes cuál será su reacción. Te da miedo, pero te armas de valor y con toda tu artillería y sin ningún escudo que te cubra, te arrollidas, pides perdón y tras algunas arcadas consigues vomitar. Ya está. Ese momento que parecía que nunca iba a llegar lo ha hecho.

Respira.


jueves, 17 de julio de 2014

Voy a escribir sobre ti


Voy a escribir. A escribir sobre ti. A escribir sobre lo que escribiría si tuviera que escribir acerca de ti. Voy a escribirte en un escrito. Voy a contar cómo te recuerdo en lo insignificante. En lo insignificante de golpear la taza del váter yo te recuerdo. Y también cuando pienso en que mis ojos de vez en cuando -sólo de vez en cuando- son azules. Voy a escribir sobre lo que siento cuando no te veo. Y también sobre lo que siento cuando te veo. Y sobre lo que no siento. Y voy a contar con palabras, si las palabras me permiten algo así, cuánto me gusta el tacto de tu voz. Que tu voz golpee con la mía. Eso también voy a escribirlo. Y voy a escribir -que no a escribirte a ti- el segundo exacto en el que me di cuenta de que estaba completamente chiflada por ti. En efecto, eso es algo que debería haber escrito hace mucho tiempo. Muchísimo tiempo.


martes, 15 de julio de 2014

El arte de perder la cuenta de mis derrotas


Ya no sé si lo que tengo en la cabeza son pájaros o pirañas. Si son kilómetros de más o miradas de menos. Si escucho tu risa o quiero escucharla. Si te encuentro  o si te busco. Si apuesto por ti o sólo por mi derrota.

No lo sé.

sábado, 12 de julio de 2014

Cómo cruzar puertas


De repente se encontró ante una mesita de tres patas, toda de cristal macizo. No había nada sobre ella, salvo una diminuta llave de oro, y lo primero que se le ocurrió a Alicia fue que debía corresponder a una de las puertas del vestíbulo. Pero, ¡ay!, o las cerraduras eran demasiado grandes, o la llave era demasiado pequeña, lo cierto es que no pudo abrir ninguna puerta. Sin embargo, al dar la vuelta por segunda vez, descubrió una cortinilla que no había visto antes, y detrás había una puertecita de unos dos palmos de altura. Probó la llave de oro en la cerradura, y vio con alegría que ajustaba bien.

Alicia abrió la puerta y se encontró con que daba a un estrecho pasadizo, no más ancho que una ratonera. Se arrodilló y al otro lado del pasadizo vio el jardín más maravilloso que podáis imaginar. ¡Qué ganas tenía de salir de aquella oscura sala y de pasear entre aquellos macizos de flores multicolores y aquellas frescas fuentes! "

(Lewis Carroll - Alicia en el País de las Maravillas.)

martes, 8 de julio de 2014

Pequeños accidentes caseros


Me hice un tajo en un dedo cuando cocinaba.
Luego me despellejé otro dedo al abrir una botella.
Hoy me he raspado la pierna con el pico de la mesita.
Así que me he puesto seria:
he reunido en asamblea a todos los objetos de mi casa
y les he dicho que ya sé
que me muero de la pena,
que tengo el corazón en carne viva,
que ya sé
que no soy más que una herida que sangra tristeza,
que hasta respirar me duele porque él no me ama
como le amo yo;
en fin: que no hace ninguna falta, les he dicho,
que me lo recuerden también ellos
cada día.


lunes, 7 de julio de 2014

La nostalgia de tu palabra


La nostalgia de tu palabra,
es la azul antesala de
la nostalgia de tu silencio.
Del encuentro que nos espera
bajo la piel de niebla del destino.


jueves, 26 de junio de 2014

Cerrado por vacaciones


Por ahora estoy ocupada buscando la mejor forma de arreglar mi pequeño mundo después de los destrozos causados. Por aquí hemos sufrido derrumbamientos, grietas profundas e innumerables inundaciones. Nada que no se pueda solucionar con la ayuda de los que están dispuestos siempre a colaborar en estos casos de emergencia.

Pero mientras tanto y hasta que no vuelva todo a mi estado de normalidad, tranquilidad y felicidad habituales te agradecería que no te acercaras a la zona en reconstrucción,  ya que una recaída más en un periodo tan corto de tiempo podría causar daños un poco más irreparables.

Gracias

Me falta una palabra


“Me falta una palabra,
una palabra
sólo.
Un niño pide pan;
yo pido menos.
Una palabra dadme,
una sencilla
palabra que haga juego
con…”

(Ángel González)


Y sin esa palabra, lo demás es silencio...

martes, 24 de junio de 2014

Y seguimos...


Probablemente no lo entiendas, pero me importa un cuerno. Me da igual parecer estúpida o exagerada, aunque eso no quita que me vaya o que apague la luz. Tampoco quiero dar razones. Qué más da de qué tipo sea la pieza que falta, si la que falta es una importante. Pues eso. A mí me duele y no puedo evitarlo. Y puede que esté yendo hacia atrás en vez de hacia delante, pero mira, es que no tengo otro camino hacia el que ir ahora mismo. No veo las fuerzas de andar sin ver ni escuchar, a mí me duele algo dentro y no soy capaz de no hacerle caso, por mucho que lo intente, por mucho que intente esconderlo y por mucho que intente esconderme de mí misma. Y ahora, ahora mismo, desearía estar en otro sitio o en otro momento. O directamente no estar. Y esta mezcla de rabia, dolor, frustración y desgarro. No solucionan nada ni empeoran, sólo están ahí, conviviendo dentro.

Si hubiera más calor, donde reina la incomprensión…



viernes, 20 de junio de 2014

Siempre


“Siempre esta sensación de inquietud. De esperar más. Hoy son las mariposas y mañana será la tristeza inexplicable, el aburrimiento o la actividad desenfrenada por arreglar este o aquel cuarto, por coser, por ir aquí o allá a hacer mandados, mientras trato de tapar el universo con un dedo, hacer mi felicidad con ingredientes de receta de cocina, chupándome los dedos a ratos y a ratos sintiendo que nunca podré llenarme, que soy un barril sin fondo, sabiendo que "no me conformaré nunca" pero buscando absurdamente conformarme mientras mi cuerpo y mi mente se abren, se extienden como poros infinitos donde anida una mujer que hubiera deseado ser pájaro, mar, estrella, vientre profundo dando a luz universos, novas relucientes... y ando reventando palomitas de maíz en el cerebro, blancas motitas de algodón, ráfagas de poemas que me asaltan todo el día y hacen que quiera inflamarme como globo para llenar el mundo, la naturaleza, para empaparme de todo y estar en todas partes, viviendo una y mil vidas diferentes...

Mas he de recordar que estoy aquí y que seguiré anhelando, agarrando pizquitas de claridad, haciendo yo misma mi vestido de sol, de luna, el vestido verde-color de tiempo con el que he soñado vivir alguna vez en Venus.”


miércoles, 18 de junio de 2014

Siempre volando


“En todos los tiempos, en todas las culturas ha sido constante el anhelo del ser humano por alcanzar la felicidad. Todos aspiramos a la felicidad y la buscamos de mil maneras. ¿Lograremos encontrarla?

Buscamos la felicidad en los bienes externos, en las riquezas, y el consumismo es la forma actual del bien máximo. Pero la figura del “consumidor satisfecho” es ilusoria: el consumidor nunca está satisfecho, es insaciable y, por tanto, no feliz. Podemos buscar la felicidad en el triunfo, en la fama, en los honores. Pero ¿no es todo eso sino pura vanidad, en definitiva nada o casi nada? Otro modo de búsqueda de la felicidad es la autocomplacencia: así, el goce del propio placer, el deseo de perfección o la práctica de la virtud. Aspiramos a la felicidad, pero aspirar no es lo mismo que “buscar” y, todavía menos, que “conquistar”, ni fuera ni dentro de nosotros mismos. La felicidad es un don, el don de la paz interior, espiritual, de la conciliación o reconciliación con todo y con todos y, para empezar y terminar, con nosotros mismos.

Para recibir el don de la felicidad el talante más adecuado es, pues, el desprendimiento: no estar prendido a nada, desprenderse de todo. La felicidad, como el pájaro libre, no está nunca en mano, sino siempre volando. Pero tal vez, con suerte y quietud por nuestra parte, se pose, por unos instantes, sobre nuestra cabeza.”


martes, 17 de junio de 2014

Hoy


“Paso de medias mentiras, de pasar de largo por la vida, de amor al por mayor y a plazo fijo, de vender en oferta lo que escribo, de taparles el pico a las palomas, de pescar olas y envasarlas al vacío, resto y sigo...

Paso de saberme un enemigo, de abrazos de lejos y golpes de cerca, de que le pongan cerca a las aceras, de quemar la cera de las alas de los niños...

Paso de negar la verdad primera de la primavera, de callar cuando grito, de este cielo marchito de escopetas y banderas, de que arda la madera de mi espalda...

De las trampas que me tiendes con la lengua y con los dientes... Y gracias por todo... Y gracias por nada...”

(Poema Hoy by Luis Ramiro)


Perspectiva


Hay días que parecen bodegones cubistas:
todo tiene joroba
o se parte en mitades
desiguales,
todo está lleno de ángulos,
todo cae revuelto como torre de naipes
derrumbándose,
o revuelto se escapa como mazo
de globos dispersándose,
todo es en blanco y negro,
en ocre y gris,
todo es plano, replano,
todo se despedaza-

Y sin embargo,
en su conjunto
algo
liga los elementos, los interrelaciona,
el desconcierto
cobra un sentido nuevo
y el efecto final
acaba siendo armónico-

aunque sólo se ve,
apagada la luz,
desde la cama.


lunes, 16 de junio de 2014

THE SPIRIT OF ECSTASY


Descrita por su creador, el escultor Charles Sykes, como "Una pequeña y graciosa diosa, “The Spirit of Ecstasi”, eligió viajar por carretera como su supremo deleite y ubicada sobre la proa de un automóvil Rolls Royce salió a pasear con el sonido musical de sus ropas meciéndose al viento…

Fantasías románticas y murmuraciones rodean la historia de la más reconocida mascota de automóvil. El amor ha sido fuente de inspiración de grandes genios de la pintura, la escultura, la poesía, la arquitectura... Y la amada, su musa.

El romance de alta sociedad entre el lord John Montagu y su secretaria Eleanor Thornton fue mantenido en secreto durante los 13 años que duró.

Montagu estaba tan enamorado de su joven secretaria que él pidió que hiciera de modelo para un emblema que quería colocar en el capó de su Rolls. Así, un escultor amigo de ambos, Charle Sykes, hizo la estatuilla que representa a la joven con un vestido que aleteaba y con el índice de la mano izquierda sellando los labios, como simbolizando el secreto de aquella relación.

"El espíritu del Éxtasis" se transformaría más tarde en la figura alada de la lujosa marca.
El aristócrata, enamorado de su bella secretaria desde 1902, era un personaje muy conocido en el Reino Unido y la publicación de su relación habría causado un escándalo social.

Sin embargo, el noviazgo de la pareja terminó en tragedia. Durante la Primera Guerra Mundial, Montagu fue enviado a la India. Viajaba con Eleanor a bordo del SS Persia cuando, el 13 de diciembre de 1915, el buque fue alcanzado en el Mediterráneo por un torpedo alemán.

Montagu sobrevivió aferrado durante 36 horas a un salvavidas, pero Eleanor se hundió con el barco.

Un final digno de una romántica y dramática película.





sábado, 14 de junio de 2014

Teoría de Dulcinea


En un lugar solitario cuyo nombre no viene al caso hubo un hombre que se pasó la vida eludiendo a la mujer concreta.

Prefirió el goce manual de la lectura, y se congratulaba eficazmente cada vez que un caballero andante embestía a fondo uno de esos vagos fantasmas femeninos, hechos de virtudes y faldas superpuestas, que aguardan al héroe después de cuatrocientas páginas de hazañas, embustes y despropósitos.

En el umbral de la vejez, una mujer de carne y hueso puso sitio al anacoreta en su cueva. Con cualquier pretexto entraba al aposento y lo invadía con un fuerte aroma de sudor y de lana, de joven mujer campesina recalentada por el sol.

El caballero perdió la cabeza, pero lejos de atrapar a la que tenía enfrente, se echó en pos a través de páginas y páginas, de un pomposo engendro de fantasía. Caminó muchas leguas, alanceó corderos y molinos, desbarbó unas cuantas encinas y dio tres o cuatro zapatetas en el aire. Al volver de la búsqueda infructuosa, la muerte le aguardaba en la puerta de su casa. Sólo tuvo tiempo para dictar un testamento cavernoso, desde el fondo de su alma reseca.

Pero un rostro polvoriento de pastora se lavó con lágrimas verdaderas, y tuvo un destello inútil ante la tumba del caballero demente.


miércoles, 11 de junio de 2014

Ideario


Me da vértigo el punto muerto y la marcha atrás.

Vivir en los atascos, los frenos automáticos y el olor a gasoil.

Me angustia el cruce de miradas, la doble dirección de las palabras y el obsceno guiñar de los semáforos.

Me arruinan las prisas y las faltas de estilo, el paso obligatorio, las tardes de domingo y hasta la línea recta.

Me enervan los que no tienen dudas, y aquellos que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera.

Me cansa tanto tráfico y tanto sinsentido, parada frente al mar, mientras el mundo gira…




martes, 10 de junio de 2014

Amor dividido


Florentino Ariza se había preguntado cuál de los dos estados sería el amor, el de la cama turbulenta o el de las tardes apacibles de los domingos, y Sara Noriega lo tranquilizo con el argumento sencillo de que todo lo que hicieran desnudos era amor. Dijo: “Amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo”.

(Gabriel García Márquez - El amor en los tiempos del cólera)



En este libro se relata todos los entresijos del amor y sus diferentes clases y etapas; el nacimiento puro del sentimiento, los caprichos del amor, el matrimonio, la fidelidad, la muerte….



Y al final, cuando el amor es verdadero, el sentimiento sigue siendo el mismo que la primera vez...

… a pesar de todas las vivencias que hayan ido sucediendo mientras tanto.

https://www.youtube.com/watch?v=xZbRvMzh3TE&feature=kp

Llorar


“Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos. “

(Julio Cortázar - Instrucciones para llorar, de Historias de cronopios y de famas)


lunes, 9 de junio de 2014

Emociones básicas


”Sólo existe una emoción tan aleatoria como el mundo que nos rodea; tan imprevisible y azarosa como el nacimiento; tan cambiante como nuestra fisiología molecular; tan irreprimible como las fuerzas básicas de la naturaleza; tan emblemática del sentimiento de victoria como la música del aria de Puccini Nessun dorma; tan responsable de abismos sentimentales como el rostro de un hijo que descubre el asesinato vil y gratuito de su madre. Una emoción desconcertante hecha a nuestra medida que tiene además, el efecto insospechado de colmar con su aliento todo el vacío uniendo, como dos moléculas de agua al helarse, a dos seres hasta entonces solitarios. Los físicos lo llaman una transición de fase: una reordenación abrupta y espectacular de la materia. Para el común de los mortales es la emoción básica y universal del AMOR.”

(El viaje al amor de Eduard Punset)


jueves, 5 de junio de 2014

Media naranja


Contaba Aristófanes que, en un principio, la raza humana era casi perfecta. Los seres eran esféricos como naranjas; tenían dos caras opuestas sobre una misma cabeza, cuatro brazos y cuatro piernas que utilizaban para desplazarse rodando. Estos seres podían ser de tres clases: uno, compuesto de hombre + hombre, otro de mujer + mujer y un tercero (el 'andrógino'), de hombre + mujer.

Su vanidad les llevó a enfrentarse a los dioses creyéndose semejantes a ellos. Zeus los castigó partiéndolos por la mitad con el rayo; y mandó a Hermes que a cada uno le atara la carne sobrante en torno al ombligo. Ya repuestos, los seres andaban tristes buscando siempre a su otra mitad, y si alguna vez llegaban a encontrarse con ella, se enlazaban con sus brazos hasta dejarse morir de inanición.

Zeus, compadecido por la estirpe humana, ordenó a Hermes que les girase la cara hacia el mismo lado donde tenían el sexo: de este modo, cada vez que uno de estos seres encontrara a su otra mitad, de esa unión pudiera obtener placer y si además se trataba de un ser andrógino pudieran tener descendencia.

Desde entonces los seres humanos nos vemos condenados a buscar entre nuestros semejantes a nuestra media naranja con la que unirnos en abrazos que nos hagan más "completos". Sin embargo, Zeus amenazó con cortarnos de nuevo en dos mitades -para que, así, caminemos dando saltos sobre una sola pierna-, en caso de que la raza humana no aprenda a respetar sus propios límites y a superar su peligrosa arrogancia.


miércoles, 4 de junio de 2014

Tanto, Tanto, tanto...


Tanta maldad, tanta avaricia, tanto odio, tantas drogas, tanto alcohol, tantos putos episodios, tanta hambre, tanto derroche, tanta gente, tanto idiota, tantos putos coches, tanta tele, tanto crimen, tanta pederastia, tanto estrés, tanto trabajo para tan pocos días, tanta bomba, tanta guerra, tanta hipocresía, tantas religiones, tanta porquería, tanto abuso, tanta injusticia, tantas primicias, tantas malas noticias, tanto marujeo, tanto mamoneo, tantos ajustes de cuentas, tantos tiroteos, tanta basura, tanta contaminación, tanto fracasado para tanta discriminación, tanto politiqueo barato, tanto novato, TANTO ESPERAR PARA TAN POCO RATO.

Tanta crisis, tanto egoísmo, tanta enfermedad mental, tanto individualismo, tanta envidia, tanta competencia, tanta impertinencia para tan poca paciencia, tanta independencia, tanta negligencia, tanta tecnología para tan poca inteligencia, tanto hablar, tanto aparentar, tanto bulto, tantas confusiones, tanto tumulto, tantos hoteles, tanto jet privado, tanto consagrado para tantos fracasados, TANTAS PROMESAS, TANTA DESILUSIÓN, tantos recursos para tan poca vocación, tanto internet, tanta información, tanta desigualdad, tanta conspiración.


Todo eso y más es pura provocación...


Tanto envasado, tanto clonbuterol, tanto conservante, tanto colesterol, tanto engaño para tanto ignorante, tantos atrás y tan pocos adelante. Tanta demanda, tanta zorra, tanta silicona, tanto gallito suelto, tanta maricona, tanta seda para tanta mona, tanta anorexia, tanto anuncio, tanta moda, tanto abandono, tanta gente que se siente sola, tanta adicción a la medicación que descontrola, tanto orden para tantos caos, tanto payaso disfrazado, tan poca educación para un millón de retrasaos, tanto consumismo para tan míseros sueldos, tantos ojos acechando, tantos nidos, tantos cuervos, tan poco humor para tanta ironía, tanta tiranía para tremenda cobardía, tanta economía para tan poco dinero, tanta puerta para decir te quiero, tantos amigos, tan pocos verdaderos, tantos pasajeros, tanto quemar queroseno, tanto cáncer, tanto inhalar veneno, tantos malos para tan pocos buenos, tanto cd, tanta música inconsumible, tantos personajes y tan pocos creíbles, tanta policía para tanta inseguridad, tantas leyes, tantas trampas, tanta ilegalidad, tantos problemas para tan poca solución, tanta lucha, tanta mierda, tanta saturación.


TODO ESO Y MÁS ES PURA PROVOCACIÓN…


Dormir contigo


"Dormir juntos era, en realidad, el corpus delicti del amor. Nunca dormía con las demás amantes. Cuando iba a verlas a sus casas, la cuestión era sencilla, podía irse cuando quería. Peor era cuando ellas estaban en casa de él y había que explicarles que a medianoche debía llevarlas porque tenía problemas de insomnio y era incapaz de dormir en la inmediata proximidad de otra persona. Aquello no estaba muy lejos de la verdad, pero la causa principal era peor y no se atrevía a contárselas: en el mismo momento en que terminaba el acto amoroso sentía un deseo insuperable de quedarse solo. (…)

Tomás se decía: hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer…)"

(Milan Kundera, La insoportable levedad del ser)



martes, 3 de junio de 2014

A mí cuentos chinos...


Blancanieves es el nombre de un burdel frecuentado por enanos melancólicos donde las putas beben licor de manzana y el portero viste como un príncipe azul.

lunes, 2 de junio de 2014

...


Voy a inventar un lenguaje para que nadie me pueda entender. No escalaré ninguna libertad, tampoco alcanzaré lo inalcanzable. No contaré estrellas, incluso las que no se puedan ver. No seré inocente, seré una cínica. No escribiré poemas llenos de vida. Nadie me leerá entre líneas. No liberaré jaulas. Contemplaré mi ombligo y pensaré que el resto del mundo es una mierda andante y sonante. No recordaré nada, lo olvidaré todo. No me encontraré ni dejaré que me encuentren. Bajaré las persianas, cerraré ventanas, mientras ahí fuera, el mundo no para de arder.


jueves, 29 de mayo de 2014

Me gusta (V)


El cocido madrileño; los piropos; los músicos del metro de Barcelona; las ferias de los pueblos; mis amigos de La Línea; levantarme tarde; compartir lo que me gusta; la noche; Lisboa; reírme; Chet Baker; Audrey Hepburn; ver La Mancha desde el tren; no tener prisa; que me mimen; Tony de Mello; mi casa; los pasatiempos; Graham Greene; La insignia; San Sebastián con galerna; la gente; Lauren Bacall; charlar; el rock & roll de los 50; Les Luthiers; no tener expectativas; los caballeros de los de antes.


Me gusta (IV)


Pasarme la tarde en una librería de viejo; el sentido común; el gazpacho; meditar; Alberto Caeiro; nadar; mis amigos; el chocolate amargo; ir al mercado a hacer la compra y escuchar y oler y mirar sin prisas; aprender cosas nuevas; Sigourney Weaver; el parque del Retiro aquella mañana de noviembre; Francisco de Asís y sus muchachos, algunas canciones de Joaquín Sabina; el wing tsun; que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva (ma non troppo); traducir; Bola de Nieve; Envy me de Gucci; mirar el fuego en la chimenea; dormir la siesta sin prisas; mi hijo; ver cómo nieva; los días soleados de invierno; comprar regalos; cantar; querer; que me quieran.


Me gusta (III)


Que me cuenten historias; Dinah Shore; Eloy Tizón; que me quieran; Panillo; las personas que se salen de los caminos trillados y crean los suyos; leer hasta perder la noción del tiempo; caminar; ver amanecer sobre el mar intentando convencerme de que, en realidad, es la Tierra la que gira sobre sí misma; Grouxo Marx; Kate Hepburn; la Semana Santa en La Línea; estudiar; La Coruña; el sonido antiguo y como de cristal del clavecín; el olor a azahar; mimar a la gente a la que quiero; la playa en febrero; pasear; Frank Sinatra; mi perra; recibir cartas; escribirlas; los gatos; el violín; dormir sola; Dinah Washington; mi barrio.


Me gusta (II)


Amar; Madrid, sus calles; sentir curiosidad; las gymnopedies de Eric Satie; las comidas que hace mi madre; Mozart; que me quieran; los huevos fritos con patatas fritas; hacer reír; The big bang theory; Corelli; no esperar nada; los pasodobles; Dido y Eneas, de Purcell; las sorpresas; las sandías; patinar; charlar; Lost; las rumbitas de Los Manolos; Ángel González; reírme; la risa de mi hijo; dormir; estar con mis amigos; el café recién hecho; los puertos de mar y su olor a pescado; oír a la Banda Municipal un domingo de sol en el parque del Retiro, rodeada de viejecitos que tararean la música por lo bajini moviendo la cabeza al compás; escuchar; la esgrima; los coches de choque; los regalos.


Me gusta (I)


Me gusta… El Levante incluso cuando me hace daño en la piel de los brazos; quedarme sin voz hacia la madrugada; reírme; ver amanecer; que me quieran; bailar; Bach; estar con mis amigos; cocinar; Los Panchos; el canto del mirlo las madrugadas de febrero; el olor a churros de las verbenas; el género chico; mi jazminero; reírme; planchar; cantar Soy minero a grito pelado con los amigos en un karaoke; los cuentos de Julio Cortázar; escuchar a la gente; levantarme sin prisas y tomarme el café mientras recojo el correo; ese chotis que empieza: «Cuan-do ven-gas a Ma-drid, chu-la-pa mí-a, voy aha-cer-teem-peratriz de La-va-piés».




martes, 20 de mayo de 2014

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Quién no ha subido nunca a la cornisa de las cosas imposibles. Quién no ha palpado jamás el vacío de un por qué no. Quién no ha sentido el precipicio de las cosas que algún día juró no hacer. Quién no se ha visto en el espejo de un me da miedo, de un ya nos veremos, de un quédate hoy. Que levanten la mano y escondan la piedra. Que madruguen si les ayuda, que dios les pille confesaos. Estas letras miopes sobre líneas retorcidas quieren rendir mi humilde homenaje a todos aquellos que alguna vez se han dejado la piel por dejarse llevar, a todos los que mandaron su razón a la mierda y lo hicieron de todo corazón, a los que ya no encuentran porque se lo han buscado, a los que prefieren vivir de esta manera antes que irse muriendo de cualquier otra, a los que eligen desterrarse de toda estabilidad y exiliarse de cualquier cosa parecida a la comodidad. Hedonistas por encargo, suicidas a domicilio, inquietos por vocación. Un ole para todos y cada uno de ellos. Un aplauso de parte de cada uno de mis poros. A estos inadaptados emocionales sólo les mueve lo que realmente les mueve, sólo lo sienten si no se les hace sentir. Rechazan la continuidad como valor supremo y absoluto, absurda ley que postula que las cosas, con el tiempo, no hacen más que mejorar. enriquecerse y madurar. Y eso, para los que hacen negocio vendiéndonos un futuro mejor, resulta particularmente incómodo. Se enriquecen a base de endiñarnos un mañana muchísimo más prometedor que este ahora, el único que realmente nos pertenece. De ahí que haya que sedarnos con mentiras tan vendibles y eternas como sacrificio, esfuerzo, inversión, pensiones y vida eterna. El sudor de tu frente, el valor del contribuyente, porque tú lo vales. Toma, tú vete haciendo tus insignificantes planes para ser feliz el día de mañana, no se te vaya a ocurrir intentarlo a día de hoy, que eso no computa, no cotiza y lo que es peor, no renta.

Malos tiempos para ser incoherente, impulsivo, espontáneo. No es muy maduro eso de llevarse la contraria a uno mismo. No queda bien intuir en lugar de razonar. No parece inteligente tener corazonadas y sentir en consecuencia. Siempre aparece una Wendy Pan dispuesta a recordarte que igual Nunca Jamás valió la pena. Siempre hay una mirada condescendiente deseándote suerte.... otra vez. Pues mira, tú haz lo que quieras, pero yo me niego. Me niego a que conceptos como pasión, taquicardia y enamoramiento, estén mal vistos sólo por efímeros, transitorios o coyunturales. Me niego a creerme que los que renuncian a ellos y duran mucho tiempo son más felices, ríen más y sufren menos. Que tanto descalabro sentimental a nuestro alrededor igual es síntoma de que hay algo que no funciona. Que el que no engaña, está a punto de hacerlo, y el que no, es porque le da pereza, y que Barbie hace tanto tiempo ya que no lo hace con Ken que hasta se le olvida de fabricarse con vagina. Como alguien escribió alguna vez, cuando habla el corazón es de mala educación que la razón le contradiga. Y de muy mal gusto, añadiría.


lunes, 19 de mayo de 2014

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Se puede decir que es una chica de lo más normal, del montón diría yo, a la que le gusta pasar inadvertida por el mundo. La que mientras el mundo corre mas que sus propios pies, los suyos caminan descalzos para sentir el suelo que pisa. Se puede decir que es una chica que cree en el amor, en el bonito, el de verdad, porque siente que es la mejor poesía para hacer crecer los versos del corazón. Se puede decir que es una chica a la que le gusta mirar la lluvia, la que no utiliza paraguas porque prefiere sentir como esas pequeñas gotas salpican su piel y la que piensa que la vida es como una taza con leche, a la que puedes decorar con lo que mas te guste, si es con azúcar mucho mejor. Esta chica, odia las palabras disfrazadas de mentiras, la hipocresía, el egoísmo, la superficialidad, todo lo que hace que se ennegrezca el alma. Solo pide respeto, el mismo que ella da. Comprensión, la misma que ella ofrece. Para ella la sinceridad y la lealtad son su firma. Ha conocido el dolor de cerca, muy a pesar suyo, pero termina sacándoselo de debajo de las uñas. Le encanta escribir, no se cree escritora ni quiere serlo. Pero para ella es la mejor manera de desnudarse por completo, se quita las capas de piel como las cebollas y deja su interior al descubierto, mostrándoselo a un mundo ciego, pero no cesa en su empeño. Escribe casi siempre en tercera persona, aunque éste escrito lo comenzó con un yo, y acabara llevándolo a un ella. A día de hoy no sabe por qué de esa rara manía. Adora mirar su alrededor a través de su cámara y hacer pequeños recuerdos con un flash y sonreir por ello.

Se puede decir que es una chica que se entrega al 200%, que es feliz viendo como la gente que quiere también lo es. Que su mano la tiende para todo aquel que la necesite aunque terminen por cogerle el brazo entero y a veces hasta los pulmones haciendo que le quiten el aire y ella es de las que sacan la cabeza por la ventanilla del coche dejando que el aire la abraze en ese momento. Esta chica no entiende por qué el mundo que la rodea prefiere lo sucedáneo, lo efímero y rechazan lo auténtico, lo que realmente tiene su verdadero sabor. Por qué han resquebrajado la palabra confianza, por qué prefieren tener bajo sus cabezas un manto de mentiras y no de estrellas. Lleva en la sangre el romanticismo, le sale solo, es pasional, entregada y no concibe el sexo sin amor. Para ella va ligado como el cordón umbilical a la vida. Se puede decir que es una chica soñadora pero sus pies están bien anclados al mar, ese que tanto le llena y se nutre de su belleza. Adora los animales. Es una payasa, le encanta hacer reír, creo que también le sale solo, porque para ella es como un salvavidas, que puede con las tristezas, y una risa a tiempo es la mejor medicina. No podría vivir sin música, la acompaña día a día. Piensa que es otra manera de hacer poesía y llegar a algún que otro corazón, incluído el de ella misma. Tiene una pequeña cajita entre sus costillas, escondida donde guarda sus recuerdos. Dice que está prohibido sentir en voz baja. No le da miedo mostrarse tal y como es, no le asusta decir te quiero mirando a los ojos, porque aunque el amor le haya tratado a patadas, sigue creyendo en ese hijo de puta y confía en él. En que un día se acuerde de ella aunque sea solo un poquito. Porque esta chica no pide nada, solo que la quieran tal y como es y cuando vean quien hay detrás de sus ojos, se queden a su vera.

Se puede decir que es una chica de lo más normal, del montón diría yo, pero tiene tanto para dar al mundo…


miércoles, 14 de mayo de 2014

Una vez al año...


Una vez al año es necesario, yo diría que imprescindible, hacer limpieza general. Sacar las canciones del cajón, ordenarlas, tirar las que duelen e inventar otras con más hielo y menos gas. Cortar ropa y rematarla, tapar parches y soltar dobladillos, que las piernas nunca paran de crecer si andamos más de la cuenta. Abrir cajas, vaciar armarios, jugar a desmontar las estanterías y esconderse un rato debajo de la cama para saludar a las pelusas. Una vez al año es útil decir adiós sin soltar ni una sola lágrima, dejar recuerdos a golpes de sonrisa, con las ganas en el horizonte de las suelas de los zapatos. Es mejor hacerlo a principios de verano, porque el sol suaviza los traumas y entumece las nostalgias. Siempre es bueno, si duele, poder tirarse al mar a dejarlo escocer del todo. Es curioso como pasan los años y se siguen midiendo por cursos escolares, porque llegará septiembre y volverán los desórdenes a meterse en los bolsillos… Quizá habría que plantearse cambiar el calendario, que nosotros podamos decidir cuándo y dónde situamos los pequeños diluvios universales que joden los fines de semana y nos hacen agujeros en el corazón. Que para llorar ya están el invierno y la manta y el sofá y los domingos y la guerra en Oriente Medio. Que el verano y la limpieza general tienen que hacerse con risas y con el corazón apretado en la barriga, muy fuerte, para que una vez que todo esté manga por hombro de verdad, podamos salir de la habitación con la cabeza muy alta a que nos resbalen los cuarenta grados por las mejillas, justo por donde deberían ir las lágrimas.



lunes, 12 de mayo de 2014

El inmaduro sentimental


Es como un virus que se cuela en tu disco duro de las emociones y lo deja para el arrastre. Y lo peor es que no hay un Bill Gates que haya inventado un sistema eficaz para detectarlo. No provoca el respingo del feo, ni la náusea del machista, ni el aburrimiento del ególatra. Puede ser un tipo encantador, sin números rojos en el banco ni historial psiquiátrico en el Insalud.

De ésos que ayudan a las abuelitas a cruzar la calle en el semáforo, jamás se rascan la entrepierna, están al tanto de las subastas de Sotheby´s, y tienen sus propias ideas sobre la redistribución de la riqueza en el planeta. Cualquier incauta, tras el conocimiento de la pieza, no duda en gastarse la paga en una ampolla de litro de retinol, un curso intensivo de aeróbic, algo de lencería fina y un fondo de armario de urgencia a fin de cambiar su imagen tras una probable etapa de hibernación sentimental.

Pasadas unas cuantas etapas en las que todo parece perfecto, en las que la perspectiva de compartir algo más que el taxi derrite la simulada actitud de indiferencia de ella, zas, el impostor sentimental pone la primera banderilla sobre el lomo de la víctima. Un buen día el caballerete asegura que la llamará el fin de semana para comer en un pequeño restaurante italiano. Ella, emocionada, se instala el viernes noche con su mascarilla de pepino y su faja adelgazante en la butaca pegada al teléfono. Y ahí sigue durante la carta de ajuste que despide un alineante domingo televisivo, preguntándose si la culpa la tiene el nuevo tinte o el haber expresado que le chiflan los pestiños.

Le sigue alguna noche amor reparador, rematada con huida poscoito pretextando una jornada laboral infernal. Un “ te quiero, chata, pero mi vida es muy complicada”.
La pobre no sabe que el inmaduro sentimental ha empezado la retirada. La ominosa idea de entablar una relación en la que pueda acabar enjaulado en una adosado luciendo el chaleco de ganchillo tejido por su suegra le provoca oleadas de angustia, un pulso errático y la evidencia de que existen más mujeres ahí afuera. Deja puesto el contestador y listo. La damnificada puede llegar entonces a extremos de demencia transitoria: espiar su ventana detrás de un árbol convencida de que hay otra, llamar a su trabajo haciéndose pasar por Curro para preguntar con quién irá a Puerto Vallarta o someter a un interrogatorio a los testigos de su amor evanescente. En inútil. Si el pollo es acosado es probable que, aterrado, opte por encadenar una sarta de mentiras que ni el más avezado de los políticos la víspera de la jornada de reflexión.

Los hay que, a base de sadismo, dejan que sea ella quien tome las de Villadiego. Algunos prefieren seguir un método de deshabituación progresiva. Y otros se esfuman sin más. Sea como sea, espera que la mujer que les ama adopte el rol de madre, terapeuta o mejor amiga. Nunca el de amante.

Llegado a este extremo, en el que la cosmética y los trapos se han llevado el presupuesto anual, en el que el cerebro está hecho puré de tanto hacerlo girar sobre sí mismo, y el amor propio está para cogerlo con pinzas, hay que tomar una decisión. La más inteligente, según nueve de cada diez terapeutas encuestados, es dejarlo correr sin pensar ni un minuto en lo que podría haber sido y no fue. Tomárselo como si se hubiera pasado una temporadita con el gran Houdini. Fue él mismo quien pidió ser atado y una vez concedido el deseo, desapareció.



miércoles, 7 de mayo de 2014

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Alguien decidió cambiar la red de carreteras de mi pierna derecha y me entretengo siguiendo con el índice el nuevo trazado de mis venas mientras tú aúllas sin lágrimas al otro lado del cristal. Has usurpado mi puesto preferido, ya no soy la chica de los ojos secos porque dos pares de ojos no pueden mirarse fijamente, a menos que dos lloren y dos no. Así que ya sabes, te toca a ti el papel secante. Yo sigo aquí con los ojos húmedos mientras te extraño tanto tanto tanto que me duelen las arterias, y eso que me han perjurado que las arterias están intactas, que son las venas las que han cambiado su rumbo subcutáneo para que la sangre me llegue bien al corazón. Cualquiera diría que en este campo de batalla nadie pierde, pero a mí se me sigue acelerando el pulso cada vez que me miras, y tengo amagos de infarto cada cinco minutos desde que te conozco. Menos mal que he descubierto que me sujetas el corazón con las manos desde tu trinchera a trescientos kilómetros de mis ventanas. Menos mal que he aprendido a dibujar líneas telefónicas en los post-it amarillos, y pintarrajo nuestras dos vidas tendidas del hilo de la corriente, secándose a este sol intermitente de miércoles. Hoy me toca revisar los engranajes del sistema circulatorio de toda la región, pero te prometo que mañana te llevo a recorrer mis venas nuevas con la punta de la lengua. Te lo prometo.

martes, 6 de mayo de 2014

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La vida baja todos los días el telón como si fuera una función de teatro. Saludas brevemente y te retiras con el gesto cansado hasta tu camerino. Te quitas la peluca y borras el maquillaje de la cara mientras el espejo te va diciendo lo rápido que cambias y lo cansado que estás. Una función diaria sin días libres, vacaciones o festivos, llega a cansar. Y se nota. Terminas de quitarte el traje de escena que asfixia como una segunda piel sin poros y entras corriendo a la ducha por ver si el agua se lleva el sudor, la piel, los restos de maquillaje y las ganas de vomitar que has acumulado este día que al final, es como los demás. Todos iguales. Ponte luego la ropa vieja sin que lo parezca y ata cuidadosamente los cordones de tu zapato izquierdo sin esperanza. Apaga la luz y cierra la puerta cuando salgas. Dedica una sonrisa y una mirada tierna al teatro desde el patio de butacas y avanza decidido hacia la puerta de salida un poco más arriba (todas las salidas están siempre un poco mas arriba). Y ahora cuenta hasta diez, no esperes que te den la entrada, traga saliva, trágate el miedo, respira profundamente y sal a la calle para que empiece la función.


jueves, 1 de mayo de 2014

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-Está angustiado. Ha estado angustiado la mayor parte de su vida

- ¿Y tú lo puedes aliviar?

- Sí...

- Pues eso es lo único que te debe preocupar

- No...

- ¿Por qué no?

- Porque... es suya...

- ¿Suya?

- Su angustia. Suya. Él la creó

- No lo comprendo. No hay nada loable en estar angustiado, eso es puro masoquismo

- Hablo de pasión. ¿Sabes qué significa esa palabra? Sufrimiento. Cómo llegar a tu espíritu a través de tu sufrimiento. Autoelegido. Autoconstruido. Lo ha logrado. Ha creado su desesperada ceremonia sólo para encender una llama del éxtasis original entre los despojos sin espíritu que le rodean... Ha destruido para ello. Brutalmente. Y ha quedado destruido a su vez. Pero yo sé que ha conocido una pasión mayor que la que yo haya podido conocer en toda mi vida. Y te diré una cosa, le envidio

-No le creo

- ¿No te das cuenta? Me lo ha estado diciendo siempre con su fija mirada: por lo menos he galopado ¿Cuándo lo has hecho tú...?


lunes, 28 de abril de 2014

Me niego


¿Por qué nos cuesta tanto ser nosotros mismos?. Hacer caso a nuestros impulsos y actuar acorde a ellos. ¿Por qué parece tan descabellado pensar que el romanticismo sigue vivo?. Que las mariposas nunca se van y sobreviven a la rutina. Somos reticentes a creer en finales felices, en amores sin fecha de caducidad. Todo termina, llega ese desenlace abrupto, temido desde el principio y sólo quedan dudas y preguntas. Me niego a creer que ésta es la dinámica que mueve el mundo. No formaré parte de la opinión general que afirma que ya nada dura eternamente. Reniego del costumbrismo y de dar por hecho algo o alguien que se ha tomado la molestia de cambiarte la vida. Nos empeñamos en adelantar acontecimientos y anticiparnos a los hechos. Qué pérdida de tiempo y energía más absurda cuando especular es inútil. Nunca he sido más consciente del tiempo que ahora mismo. ¿Qué se queda y qué se va? La pregunta debería ser otra. ¿Qué se pierde? Ésa es la pregunta… Pureza.

jueves, 24 de abril de 2014

¡Olé!


Cuando la desesperación abunda, las explicaciones no se encuentran. Pero los golpes de suerte de vez en cuando aparecen, cuando menos lo esperamos, pero claro, cuando te juegas tanto es lo menos importante. Mientras la desesperación actúa por nosotros nos encojemos de hombros, y decimos ¿Para qué?. ¡Que para qué!. Pues para que sepamos que estamos vivos, que tú, acabas de salir de la plaza a hombros. Con un capote como personalidad y una espada para defenderte de los ataques de algunos que pretenden desangrarte. Con alguna corrida a tus espaldas, en el buen sentido, te han dejado cicatrices, pero es normal que te dejen estas marcas de experiencia ante la vida. No se quien dijo una vez "somos lo que hacemos" a lo que yo añado, y lo que nos jugamos. Y es que la valentía es algo que todos los seres humanos tenemos, a diferencia que la gran mayoría la tiene solapada por el miedo, tú eso no lo conoces. Sólo conoces tu capote y tu espada, y si alguna vez tu espada resbala porque está tan llena de sangre de esas cornadas, avísame que yo la limpiaré para ti.



miércoles, 23 de abril de 2014

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De vivir y escribir he entendido que hay historias que no merecen extensiones. Desafortunadamente hay quien quiere dilatar escenas, y hasta añadir otro capítulo, todo por evitar el deterioro. Entonces se convierte en algo pesado de llevar, es tener que planear una función, dirigirla y además actuar. Son historias que no lo merecen, no por ineptas o vacías, todo lo contrario, fueron lugares atrayentes y amables, donde no existía términos de estadía, y perdiste el carácter de visitante. Era tu mundillo, una propiedad que a nadie hubieras concedido, pero pasa que te atas cada día más a él en la sensatez del egoismo, ignorando conscientemente que la fascinación donde se originó, ya no es compartida.

Entonces relatarla deja de ser simple, y ahora te exige hacer malabares en réves para poder seguir. Ahí es cuando se debe parar, a menos que seas lo suficientemente ingenioso y masoquista, para crear una farsa y sostenerla acosta de tu hígado.




lunes, 21 de abril de 2014

Más de lo mismo...


Lo equívoco del amor parte del hecho de que se es feliz y desgraciado a un tiempo, que el sufrimiento y el placer se igualan en un único torbellino. Por ello, la desdicha amorosa crece conforme. Una pasión sin límites nos lleva a lamentar que los mares tengan fondo, y el deseo de sumergirnos en lo ilimitado lo aplacamos. El amor nos induce a ahogarnos, provoca el anhelo de las profundidades. Al amar se desciende hasta las raíces de la vida, hasta la lozanía fatal de la muerte. No hay rayos que te fulminen como un abrazo, y las ventanas se abren al espacio para que puedas arrojarte por ellas. Hay mucha felicidad y mucha desgracia en los altibajos del amor, y el corazón es demasiado estrecho para sus dimensiones

(E.Cioran)



El error estuvo en no saber diferenciar el valor que no tenías y el valor que te di y nunca quisiste.

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Hemos llenado el tiempo con nuestras manos, envolviendo nuestras huellas por si tuviéramos que lanzarlas a las fauces de la vida. Juntas, martilleando como carpinteros, hemos enseñado a la distancia cómo construir un tejado con los árboles que separan nuestra carretera. El silencio lo dejamos atrás. Sólo hay una pregunta en el viento; ¿A dónde iremos mañana?. Yo a tu vera. ¿Y tú?

sábado, 19 de abril de 2014

¡Click!


Mis pensamientos lamen la sangre. El escenario detrás de mí fue construido por gente a quien no le importa mi drama, para gente a quien no le interesa. A mí tampoco me importa. No voy a actuar. El reclamo por mayor libertad se transforma en un grito. Mi lugar a través del cristal, aspiro el sudor de mi miedo. Ahogada por la naúsea, agito mi puño contra mí detrás del cristal blindado. Cuelgo de cabeza a mi propia carne uniformada. Soy el soldado en el nido de la metralleta. Pateo el taburete de mis pies, me quiebro el cuello. Soy mi propia prisionera. Mi papel es el de la saliva, tragar. Sangro, recobro el aliento detrás de la puerta. Segrego una flema de palabras desde mi burbuja impermeable al sonido. El guión se perdió. Los actores colgaron sus rostros. Me voy con mi Yo no dividido.



viernes, 18 de abril de 2014

Quiéreme


Quiéreme. Choquémonos, como por arte mágico un miércoles. Pidámonos disculpas, sonriámonos. Intentemos tirar el muro gélido diciéndonos las cuatro cosas típicas. Dejémonos llevar más lejos.
Escúchame decir cosas estúpidas y ríete. Sonríeme. Sorpréndete valorándome como oferta sórdida y a partir de ahí quiéreme. Sin rúbrica, pero por pacto tácito acepta ser mi víctima. Déjame que te lleve hacia la atmósfera. De pronto, abalancémonos, besémonos con hambre, acariciémonos, desnudémonos y volvámonos locos. Devorémonos como bestias indómitas. Mostrémonos solícitos en cada prolegómeno. Derritámonos en abrazos cálidos, virtámonos en húmedos océanos. Ábrete a mí, abandónate y enséñame tu sabor. Mordámonos, toquémonos, gritémonos, permitámonos que todo sea válido y sin parar, follémonos. Follémonos hasta quedar afónicos y al otro día quiéreme. Sintamos al unísono un relámpago de éxtasis cándido, dejémonos de artificios y máscaras. Rindámonos a la atracción magnética que gritan nuestros átomos. En un abrazo simétrico perdámonos por esas calles lóbregas regalándonos en cada parquímetro besos que estropeen los semáforos. Sigamos explorándonos como heroinómanos. Dejemos que se haga fuerte el vínculo, unamos nuestro caminar errático, declarémonos cómplices. Y sabiendo todo esto, ojalá pueda mirarte directa a los ojos y sólo decirte; Quiéreme.


martes, 15 de abril de 2014

Pulgadas


Veo esas caras y pienso, he cometido todos los errores que alguien puede cometer. Cuando te haces mayor en la vida hay cosas que se van. Vamos, eso forma parte, pero solo aprendes eso cuando empiezas a perder cosas. Descubres que la vida es cuestión de pulgadas. Las pulgadas que necesitamos están a nuestro alrededor. Están en cada minuto, en cada segundo. Si sumamos esas pulgadas eso es lo que va a marcar la puñetera diferencia entre vivir o morir. En cada lucha aquel que va a muerte es el que gana ese terreno. Y sé que, si queda vida en mi es porque aún quiero luchar y morir por esa pulgada, porque vivir consiste en eso.




lunes, 14 de abril de 2014

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Solo hay una manera de no encontrar remedio y es pelearse con la realidad. Solo quien acepta la derrota o el tropiezo, el bloqueo, el portazo, solo aquel, puede reconquistar la belleza. Quien se resiste a aceptar lo sucedido, quien se pelea consigo mismo por lo que pasó y se hunde en el reproche, propio o ajeno, no consigue salir de las praderas inacabables de la lamentación. Solo aquel que da por buena la derrota o el tropiezo deja tras de si el muro que lo castiga y es capaz de emigrar hacia otro estado del corazón.

Seguro que has querido huir y has lamentado no hallar una cerradura para abrir la puerta. Y te puedo decir, tras caerme de boca mil veces que desear no es suficiente, también hay que tener arte para olvidar y para cambiar de destino la mirada. Sé que es la tarea más difícil, ser capaz de cambiarte los ojos, pero te lo debes porque mientras vistas las ropas del reproche, todo lo que esperes de fuera te convertirá en una estación vacía


Diciembre...


Te sentaste justo al borde del sofá
como si algo allí te fuera a morder.

Dijiste hay cosas que tenemos que aprender:
yo a mentir y tú a decirme la verdad,
yo a ser fuerte y tú a mostrar debilidad,
tú a morir y yo a matar.


domingo, 13 de abril de 2014

Esta mañana


Quizás sea, precisamente, porque sé que ni todo empieza ni todo acaba en ti. Sí, creo que es eso lo que me asegura las bocanadas de aire que -a días- el mundo se empeña en robarme. O puede que sean las ganas de verte, agolpadas en mi boca, quienes hacen grande su curvatura. No lo sé. El caso es que esta mañana, sin ir más lejos, me he despertado tumbada al lado de un interrogante.

"¿Cómo puede ser que te guste de él
hasta el sabor a ausencia?"

No he respondido. Porque hay preguntas que están hechas para no ser contestadas.
Y hay sensaciones que están para ser sentidas, no cuestionadas.


sábado, 12 de abril de 2014


¿Nunca tienes la sensación de estar perdido? es que siento como todo el mundo estuviese encontrando su hueco. ¿Sabes? y yo aún no me veo con la suficiente fuerza como para tirarme al suelo y ponerme a escarbar para ver si encuentro algo. Justo cuando encuentro un lugar en el que creo que puedo estar cómoda, pasa algo y derriba esa idea. Y derriba ese lugar. Se esfuma. Así. Pufff. Y tengo que volver a buscarme otra cosa. Yo que sé. A lo mejor no hay un sitio para mi. Una vez un tipo me dijo que todo el mundo tenía su sitio, que en algún mágico punto del planeta había una silla esperando ser usada por mi trasero. Ya no estoy tan segura de que ese tipo llevase razón. ¿Y si no hay sitio para todo el mundo? Quiero decir… ¿Y si no hay suficientes huecos? ¿Y si he perdido el mío? No sé. Se me hace raro pensar que se acabó. Que llegué tarde y me quitaron la silla. Que ya no merezco un trocito de cielo aquí abajo. Dicen que siempre se puede hacer algo. ¿Acaso pretenden que levante a alguien para sentarme? No puedo echar a nadie. Sería como… Sería como hacer lo que a mi me han hecho. No… No puedo hacer eso. Me niego.


viernes, 11 de abril de 2014

Broken


Algo se ha roto dentro. Lo he notado. Lo he sentido. Cada hueso quebrándose lentamente, uno tras otro, rechistando de dolor y haciéndome polvo el corazón. Tengo el alma sucia, y es de no lavarla por las noches. Últimamente he estado tan cansada que no me ha dado tiempo para pensar en todo lo que he fallado, en todas las cosas que hice mal. Algo se ha roto dentro. Y duele. ¡Cómo duele! Madre, que siento que me muero. Madre que ya no aguanto ni un minuto más. Que me curen. Que me arranquen la pena y me devuelvan los huesos intactos, que me cambien la piel podrida por una envoltura virgen y saquen del corazón todo lo que pica, que ya no lo quiero, que ya no es divertido. Por favor. Quiero volver atrás. O irme muy lejos. Por primera vez quiero huir a un país donde nadie me conozca, donde nadie me mire de esa forma, donde nadie intente herirme con palabras mal colocadas. Quiero ser cobarde, quiero marcharme. Me duele el cuello cuando intento girar atrás para ver el pasado, y los ojos reventarán si nadie enciende la luz. Sé que me he equivocado. No he jugado con las cartas blancas. Pero ya no hay mentiras debajo de mi lengua, lo juro. He cambiado. O quiero cambiar.Necesito que alguien me ayude, un billete para no volver aquí o que me limpien el alma. Estoy a un segundo de tirar mi vida por el fregadero, y no pienso mirar. Que alguien me salve.


jueves, 10 de abril de 2014

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Hay momentos en la vida en los que llegamos a un cruce de caminos, temerosos, confusos, sin un mapa de carreteras… Las decisiones que tomamos en esos momentos pueden decidir el resto de nuestros días, aunque cuando nos enfrentamos a lo desconocido, la mayoría preferimos dar la vuelta y regresar. Pero a veces la gente sigue hacia algo mejor, algo más allá del valor que se necesita para aceptar a alguien o para darle a alguien una segunda oportunidad. Algo que está más allá de la callada persistencia de un sueño, porque sólo cuando te ponen a prueba descubres quién puedes llegar a ser. La persona que quieres ser existe, en algún lugar, más allá de la angustia y del temor ante lo que nos aguarda.




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Ruido. Estoy bailando sola en medio de un bosque sin árboles, vacío, tengo la sensación de haber llegado en un mal momento al lugar que me propuse, al sitio dónde tú y yo nos encontraríamos después de acabar con los problemas. El caso es que la música sigue sonando, y tú estás aquí, y yo no estoy contigo. Mi cuerpo se quedó enganchado al sentimiento del principio. Estoy dando vueltas como una estúpida noria, pronto me saldré del camino y empezará a llover, lo sé, caerán mares de cristales transparentes que dejarán marcas de lo que pude cambiar y no lo hice, entonces ya no hará falta sentir porque los abrazos de rabia me los daré yo misma, me convertiré en el espejo que hoy me mira otra vez y se ríe de mi y de las cosas que nunca he perdido como mi inocencia.

La estupidez se hará más grande que yo. Y llegará el día en que muera de impotencia rabiosa por no haber podido encontrarme del todo y darme la vuelta para mirarte a la cara… a no ser, que vuelva a la realidad y me deje ya de tanto sueño mal cosido que nos está atragantando la vida.


domingo, 30 de marzo de 2014

De fase a fase y tiro para olvidarte


Ya no tengo ganas de ti. Ni de nadie. Ni de ti, ni de nadie. Esta debe ser otra fase de lo de enamorarse. Ya he pasado la de cometer errores contigo, la de intentar corregirlos, la de perderte, la de llorarte y ahora debo estar en la que asimilo todo lo que ha pasado y me canso. Me canso de ti y de todos. De ti y de todos. No encuentro las ganas de dar explicaciones. Aunque tampoco me las piden, ni quiero. Claro que querer… Ya no sé lo que quiero. Ahora la sal me sabe a aceite, y viceversa. Ya no sé qué tipo de aire respiro cuando no estoy contigo. He perdido mis bragas favoritas, no recuerdo cuales eran. Y lo peor es que no tengo un plan. Yo siempre guardo ases debajo de la manga, por si algo se estropea tener un parche y arreglarlo. Habrá sido la lluvia o yo que sé, pero ya no me quedan parches. Ni parches, ni libido cuando me pienso contigo. Ahora sólo me pregunto qué pasará luego. Qué número saldrá en el dado y cuándo saltaré a la otra fase. No es que me muera de ganas, a lo mejor la siguiente es peor. Pero cuando más avance, antes terminará todo esto. Es la única esperanza que me queda. Saber que no es para siempre. Que cuando llegue al último nivel y lo pase, si aguanto, la pantalla se apagará como en los juegos nuevos que anuncian en la caja tonta y podré tumbarme en el sofá sin derramar ni una maldita lágrima, sin sentir que me estoy pudriendo, sin tener que silenciar el teléfono ignorando a todos esos que llaman y no son tú. Y no son tú.