domingo, 10 de agosto de 2014
Duele si te vas
Yo no sé si estoy enamorada de ti. O si tan sólo te quiero para mí. Hace tiempo que no puedo distinguir los sentimientos con la precisión de antes, de aquel tiempo en el que todo era más fácil. A lo mejor quiero llorarte. A lo mejor inconscientemente me apetece ser mártir. Tu mártir. O a lo mejor sólo quiero olvidarte y cuando lloro, lloro porque siento que no aguanto ni un minuto más contigo amarrado a mi piel, sin una solución rápida que me permita deshacerme de ti para siempre. En mis mejores sueños, sueño que te olvido. Incluso en sueños, soy yo la que lucha, la que huye, la que se siente quebrar por dentro. Y tú el que echa la vista a un lado, el que desaparece, el ser que no me quiere. No es posible que te quiera, cuando no te deseo en mi vida. Cuando sé que no eres para mí. No es posible saberme tan perfecta cuando estamos juntos y que, al desaparecer tú, desaparezca contigo toda mi perfección.
Siendo sincera y honesta es precioso sentirte cuando estás cerca. Quizá tú hayas sido una de la mejores sensaciones de toda mi vida. Pero es tan horrible lo que dejas cada vez que desapareces, que no existe, que no existe nada en el mundo que tú puedas hacer que compense todo el daño que me produce el sólo y simple hecho de que te marches.
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