Cuando la desesperación abunda, las explicaciones no se encuentran. Pero los golpes de suerte de vez en cuando aparecen, cuando menos lo esperamos, pero claro, cuando te juegas tanto es lo menos importante. Mientras la desesperación actúa por nosotros nos encojemos de hombros, y decimos ¿Para qué?. ¡Que para qué!. Pues para que sepamos que estamos vivos, que tú, acabas de salir de la plaza a hombros. Con un capote como personalidad y una espada para defenderte de los ataques de algunos que pretenden desangrarte. Con alguna corrida a tus espaldas, en el buen sentido, te han dejado cicatrices, pero es normal que te dejen estas marcas de experiencia ante la vida. No se quien dijo una vez "somos lo que hacemos" a lo que yo añado, y lo que nos jugamos. Y es que la valentía es algo que todos los seres humanos tenemos, a diferencia que la gran mayoría la tiene solapada por el miedo, tú eso no lo conoces. Sólo conoces tu capote y tu espada, y si alguna vez tu espada resbala porque está tan llena de sangre de esas cornadas, avísame que yo la limpiaré para ti.
jueves, 24 de abril de 2014
¡Olé!
Cuando la desesperación abunda, las explicaciones no se encuentran. Pero los golpes de suerte de vez en cuando aparecen, cuando menos lo esperamos, pero claro, cuando te juegas tanto es lo menos importante. Mientras la desesperación actúa por nosotros nos encojemos de hombros, y decimos ¿Para qué?. ¡Que para qué!. Pues para que sepamos que estamos vivos, que tú, acabas de salir de la plaza a hombros. Con un capote como personalidad y una espada para defenderte de los ataques de algunos que pretenden desangrarte. Con alguna corrida a tus espaldas, en el buen sentido, te han dejado cicatrices, pero es normal que te dejen estas marcas de experiencia ante la vida. No se quien dijo una vez "somos lo que hacemos" a lo que yo añado, y lo que nos jugamos. Y es que la valentía es algo que todos los seres humanos tenemos, a diferencia que la gran mayoría la tiene solapada por el miedo, tú eso no lo conoces. Sólo conoces tu capote y tu espada, y si alguna vez tu espada resbala porque está tan llena de sangre de esas cornadas, avísame que yo la limpiaré para ti.
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