jueves, 10 de abril de 2014
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Ruido. Estoy bailando sola en medio de un bosque sin árboles, vacío, tengo la sensación de haber llegado en un mal momento al lugar que me propuse, al sitio dónde tú y yo nos encontraríamos después de acabar con los problemas. El caso es que la música sigue sonando, y tú estás aquí, y yo no estoy contigo. Mi cuerpo se quedó enganchado al sentimiento del principio. Estoy dando vueltas como una estúpida noria, pronto me saldré del camino y empezará a llover, lo sé, caerán mares de cristales transparentes que dejarán marcas de lo que pude cambiar y no lo hice, entonces ya no hará falta sentir porque los abrazos de rabia me los daré yo misma, me convertiré en el espejo que hoy me mira otra vez y se ríe de mi y de las cosas que nunca he perdido como mi inocencia.
La estupidez se hará más grande que yo. Y llegará el día en que muera de impotencia rabiosa por no haber podido encontrarme del todo y darme la vuelta para mirarte a la cara… a no ser, que vuelva a la realidad y me deje ya de tanto sueño mal cosido que nos está atragantando la vida.
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